El ministro de economía Hernán Lacunza brindó esta tarde en el Palacio de Hacienda una conferencia de prensa, que no resuelven en absoluto los problemas reales e inmediatos de la inmensa mayoría de los argentinos.
Lacunza arrancó su exposición criticando con dureza a Alberto Fernandez sin mencionarlo, haciendo referencia a expresiones y dichos e incluso posteos en redes sociales que, a su criterio, solo exacerban aun más el panorama ecnómico financiero.
Sostuvo que en éste período electoral nadie puede sólo y «corresponde que todas las fuerzas que participan de ese proceso se involucren y asuman sus responsabilidades», una manera elegante de extender las responsabilidades que son exclusivas del gobierno al resto de las fuerzas opositoras que competirán el próximo 27 de octubre.
Lacunza hizo una división entre el período anterior y posterior a las PASO, repitiendo lo que ya había afirmando anteriormente el presidente Mauricio Macri.
Antes de las PASO «éramos un país normal» señaló y luego de esa compulsa electoral todo se desmadró y «entramos en un escenario complejo».
En se sentido destacó la permanente intervención del BCRA para evitar o controlar las oscilaciones bruscas en el mercado bancario. Y dijo que mientras antes del 11 de agosto la renovación de bonos en pesos y en dólares alcanzaba el 70 por ciento de lo emitido, tras esa fecha las renovaciones cayeron hasta un 10 por ciento.
Todas expresiones tendientes a responsabilizar al triunfo de candidato del Frente de Todos (al que en ningún momento mencionó) y tratando de extenderle responsabilidad directa por la situación actual del país.
Luego el ministro de Hacienda sostuvo que «hay que quitar las dudas del pago de la deuda, la de corto plazo y la del próximo mandato» para lo cual formulo varios anuncios.
Y anticipó que, tomando en consideración una propuesta de todos los partidos de oposición con los que se reunió, iniciarán un diálogo con el FMI para recalcular los vencimientos de la deuda contraída con el organismo.
Finalmente Lacunza señaló que «todos debemos abordar las causas subyacentes de la desconfianza financiera dentro de un marco institucional que necesita la Argentina hoy que deberá debatirse en el Congreso para definir el horizonte financiero de corto plazo y del próximo lustro».
En síntesis, más de lo mismo. Medidas ortodoxas para calmar a los mercados, que es lo único que le preocupa al presidente. Ni una sola medida que pueda funcionar aunque sea como paliativo para los problemas económicos que sufren millones de argentinos, muchos de los cuales colmaron hoy la 9 de julio para reclamar le emergencia alimentaria y pedir entrega de alimentos.
O sea: la deuda se paga, aunque la gente no coma.
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