Los de los condenados por el crimen de Norberto Machado, el comerciante asesinado a escopetazos en 2015 cuando pescaba junto a su hijo y dos amigos en una isla del Delta de Tigre, fueron beneficiados hoy con una reducción de casi la mitad de la pena

 

Machado

La decisión de Casación fue tomada a fines del año pasado tras la apelación de las defensas de los acusados y sólo fue «parcial», es decir, respecto a la escala de la pena pero no de las autorías, que quedaron «totalmente acreditadas», dijeron los voceros con acceso a la causa.

Para el Tribunal superior, la Justicia de primera instancia debió haber impuesto a los entonces menores de edad el monto de la pena prevista por el delito de «tentativa de homicidio«, que va de 10 a 15 años de prisión, tal como contempla la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil, y no 28.

Por su parte, la defensa de los dos condenados -una de ellas a cargo de Francisco Onetto y otra oficial- solicitó que ambos sean liberados ya que se «resocializaron« en el tiempo que llevan detenidos, y recordaron que el artículo 4 de la ley juvenil contempla que aún siendo culpables, si los informes así lo determinan, pueden ser eximidos de prisión.

«Con pocos años de prisión ya piden resocializarse teniendo las mismas ganas de seguir matando. Pedimos justicia y que no se olviden de mi papá», reclamó Maximiliano.

El hijo de la víctima recordó que quedó «comprobado que fueron ellos los que lo mataron» y aseguró que en ese entonces ambos jóvenes «eran ‘soldaditos’ del narcotráfico en el Delta y que por ello tienen poder e impunidad».

Al respecto, Carlos Caruso, el abogado de la familia Machado, repudió la posibilidad de que se les reduzca la pena a los condenados: «Ahora hay que escuchar que la condena va a ser por una tentativa de homicidio cuando a la persona la mataron y de la peor forma».

«Si uno lee el fallo de primera instancia, el juez que empezó siendo contemplativo termina diciendo que no les vio ningún signo de arrepentimiento, que cometieron el crimen con crueldad, que se reían mientras vaciaban los fusiles, entonces eso le dio una excepcionalidad que no está recogida por Casación», sostuvo el letrado.

También para el abogado, los dos jóvenes y otro llamado Julio Isla (26), el único entonces mayor de edad y que en 2016 fue condenado a prisión perpetua por el crimen, «trabajaban para un jefe del narcotráfico del Delta».

Al igual que Caruso, la fiscal María Angélica Sayago, quien impulsó la acusación en el juicio a los entonces adolescentes, pidió que se mantengan las penas de 28 años de prisión por el delito de «homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y uso de armas en concurso real con tentativa de homicidio».

A casi cinco años del crimen de su padre, Maximiliano recuerda todo lo vivido: «No es algo que lo miré en una película, yo lo viví, fue un episodio de guerra, ellos pasan nos miran, vuelven a dar vuelta y a los pocos minutos nos recontracagan a tiros sin decir nada mientras se reían».

Por eso consideró «ilógica» la decisión de Casación, ya que si bien «no les quitó la culpabilidad, sí aconsejó poner una pena menor», mientras que a su padre «le sacaron 33 plomos del cuerpo».

«Mataron a mi papá y a toda mi familia, no me parece para nada justo lo que intentan hacer, así que esperemos ver qué responden los jueces el lunes», concluyó Maximiliano.

Machado, quien era fabricante de calzados, fue asesinado el 1 de marzo de 2015, cuando compartí­a un dí­a de pesca con su hijo y dos amigos, el fletero Jorge Valenci (58) y el gasista Eduardo Lorenzo (60).

El grupo habí­a partido en una lancha desde el paraje tigrense Villa La Ñata, donde está la guarderí­a de embarcaciones, y tomado el canal De la Serna hacia el rí­o Paraná Mini.

«En un momento se largó a llover y buscamos tierra en una isla. Hicimos un asado y cuando estábamos comiendo aparecieron tres tipos en un canobote celeste con un motor blanco», contó el hijo de Machado.

El joven aseguró que a él lo «salvó« su padre ya que cuando empezaron a escuchar disparos lo «empujó atrás de un árbol» y aseguró que de esta manera los agresores «se estaban divirtiendo» con ellos.

Desde la embarcación, los tres delincuentes armados con escopetas y carabinas efectuaron unos 30 disparos y Valenci resultó herido de una perdigonada.

Machado padre salió corriendo hacia su lancha, donde estaba la radio, pero recibió un impacto que lo hizo caer dentro de la embarcación casi inconsciente y luego murió.