Es en el campamento de Moria en la isla de Lesbos, donde viven 12.500 refugiados en una instalación construida para albergar 2.750 personas. El primer ministro griego habló de una situación «insostenible» que involucra salud pública y seguridad nacional.

 

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El campo de refugiados más grande de Grecia y Europa, aislado por coronavirus, fue azotado hoy por un incendio que arrasó con contenedores que hacían de vivienda y dejó sin techo a cientos de sus casi 13.000 habitantes en la isla de Lesbos.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, dijo que ningún refugiado podrá salir de Lesbos para evitar la propagación del coronavirus y pidió a los isleños aceptar restricciones de actividades y circulación que serán impuestas para gestionar la crisis.

Organizaciones humanitarias llevaban años advirtiendo de las pésimas condiciones sanitarias del campamento de Moria, donde viven más de 12.500 refugiados en una instalación para apenas 2.750, y que había que evacuar a toda la población vulnerable.

«La situación en Moria es insostenible, porque constituye a la vez un problema de salud pública, humanitario, y de seguridad nacional», reconoció Mitsotakis en un mensaje televisado.

En conferencia de prensa en Lesbos, el ministro de Migraciones dijo que el incendio fue provocado por los propios solicitantes de asilo descontentos con restricciones impuestas luego de que 36 habitantes del campamento dieran positivo para coronavirus.

«Los incidentes en Moria los empezaron solicitantes de asilo debido a la cuarentena impuesta», dijo el ministro Notis Mitarachi, que aseguró que no hay «heridos graves».

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Las llamas fueron controladas por los bomberos, aunque tuvieron problemas para trabajar no solo por las explosiones sino porque además, algunas personas les arrojaban piedras, informó la agencia de noticias EFE.

«Reconozco que las condiciones son difíciles. Pero no pueden justificar reacciones violentas a controles sanitarios, tampoco disturbios de esta envergadura», destacó Mitsotakis.

El ministro de Estado, Yorgos Yerapetritis, declaró a la cadena privada Skai que el incendio dejó sin techo a entre 3.000 y 4.000 habitantes del campamento.

Agregó que se quemó la estructura central del campo, pero en el pinar y los olivares que la rodean -donde vive la mayoría de los refugiados- la destrucción no fue total.

En los últimos años, cientos de miles de migrantes que huyen de guerras en Asia y África se han lanzado al mar Mediterráneo en precarias embarcaciones en un intento de llegar a Europa y pedir asilo como refugiados, con Grecia e Italia como principal destino.

Las autoridades europeas, muchas veces criticadas por no hacer lo suficiente para aliviar la sobrecarga de solicitantes de asilo de los países del sur de Europa, se apuraron a ofrecer ayuda.

Repercusiones en Europa

«Lo que sucedió en Moria es una catástrofe humanitaria», tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas.

«En cooperación con la Comisión Europea y otros estados de la Unión Europea dispuestos a ayudar, debemos definir rápidamente cómo podemos apoyar a Grecia. Esto incluye repartirnos los refugiados entre aquellos miembros de la UE dispuestos a recibirlos», dijo.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) anunció que envió personal adicional en Lesbos y ofreció su colaboración al Gobierno griego.

El vicepresidente de la CE, Margaritis Schinas, quien es responsable de las cuestiones migratorias, tuiteó que se contactó con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y le dijo que la CE estaba «lista para asistir a Grecia inmediatamente».

Por su parte, la comisaria europea de Interior, Yiva Johansson, anunció que la CE financiará el traslado y alojamiento a la Grecia continental de unos 400 menores no acompañados que permanecen en el campamento de Moria tras el incendio.

La televisión pública griega ERT mostró imágenes de muchos refugiados, incluidos niños, moviéndose por el campo en busca de sus pertenencias sin que nadie se los impida, pese a que en algunos puntos sobrevivían las llamas.

Miles de personas huyeron del campo inmediatamente después del estallido del incendio y se dirigieron hacia la capital de Lesbos, Mitilene, pero las autoridades de la isla desplegaron un fuerte dispositivo policial que bloqueó la ruta de acceso.

El encargado gubernamental para los campos de refugiados, Manos Logothetis, afirmó que el campamento fue totalmente evacuado y que ahora el reto es buscar alojamiento para las personas que lo habitaban.

Mitsotakis recalcó que los migrantes que quedaron sin techo serán alojados en tiendas de campaña, los que son positivos al coronavirus serán hospitalizados y solo se trasladará a Grecia continental a todos los menores o adolescentes no acompañados, unos 400.

El campo está en cuarentena desde hace una semana tras la aparición del primer caso de Covid-19 en un refugiado somalí de 40 años.

Varias ONG insistieron hoy en la necesidad de trasladar a todas las personas al continente a instalaciones adecuadas y humanas.

«Sin ignorar la responsabilidad del Estado griego, el Parlamento Europeo debe iniciar una investigación sobre las políticas y prácticas de la UE y sus Estados miembros que han llevado a la gestión completamente nefasta de los centros de acogida promovidos por la UE en las islas griegas», destacó la responsable de la campaña de migración en Europa de Oxfam, Evelien van Roemburg.

La portavoz de Human Rights Watch (HRW) en Grecia, Eva Cossé, afirmó que el incendio «no es una sorpresa cuando se tiene a 12.000 personas encerradas en un lugar diseñado para 3.000, bajo estricto bloqueo. Incendio provocado o no, esto podría haberse evitado».