Un estudio del Conicet publicado en una revista internacional reveló que el peligroso herbicida glifosato se acumula en los campos de Entre Ríos y más precisamente en Urdinarrain.

 

La investigación revela que el herbicida glifosato no hace más que acumularse en los campos argentinos, principalmente en la provincia de Entre Ríos.

“Dada la enorme cantidad pulverizada y la afectación de los microorganismos encargados de su degradación, el producto no hace más que acumularse en las tierras con todo el riesgo tóxico que esto implica“, es lo que revela el periodista Patricio Eleisegui, autor del libro ‘Envenenados‘, quien accedió a esta nueva evidencia del enorme impacto ambiental de Monsanto.

El estudio en cuestión, sujeto a muestras tomadas en 2015 de distintos lotes ubicados en el distrito de Urdinarrain, en la provincia de Entre Ríos, sostiene que la concentración de glifosato constatada en esa zona se encuentra entre las más altas a nivel mundial. El equipo de científicos también ubicó rastros del herbicida en aguas de superficie, aunque a niveles más bajos que los comprobados en el suelo.

Damián Marino es doctor en Química y uno de los especialistas del CONICET que coordinó la experiencia. Explicó que el monitoreo demuestra que “el glifosato no desaparece” en tanto “se vuelca en el ambiente más herbicida de lo que la naturaleza puede llegar a degradar“.

Esto último, la acumulación, también es consecuencia del amplio paquete de plaguicidas que pulverizan los productores más allá del citado glifosato. Marino explica que “todo lo que se aplica en el campo no ha hecho más que degradar a los microorganismos que se podrían encargar de hacer desaparecer al glifosato. Hoy por hoy, estas opciones de degradación están tan afectadas que casi no operan. El sistema de producción rompió al sistema que limpia. Y continúa echando más glifosato que antes“