Desde 2016, cuatro barrios porteños que habían iniciado obras de reurbanización -construcción de viviendas, apertura de calles y nuevos espacios verdes, agua potable, tendido eléctrico, entre otras cosas- yacen paralizadas pese a tener presupuesto asignado.
Desde 2016 hay cuatro barrios porteños que iniciaron obras de reurbanización que apuntan a la construcción de viviendas nuevas, la apertura de calles y avenidas, nuevos espacios verdes, dependencias gubernamentales y procesos de remodelación de infraestructura para avanzar con derechos básicos como el acceso a agua potable, un tendido eléctrico habilitado y en condiciones, entre otras cosas.
«El resto de los barrios populares de la Ciudad no cuentan con planes integrales de reurbanización, aunque existen algunos proyectos aislados y de menor alcance en pocos barrios», señaló ACIJ en su informe, en el que advirtió que «quienes viven en villas y asentamientos no pueden seguir esperando».
«Garantizar el derecho a la Ciudad de quienes habitan en las villas es tomarse los derechos en serio», precisó la Asociación y remarco que existen «al menos» diez leyes que obligan al Estado a garantizar los derechos de quienes viven estos barrios, como las número 148, 403, 1.770, 3.343, 5.705, 5.798, 5.799 y 6.129 de la Ciudad y la Ley 27.453 de la Nación.
En tanto, en el proceso de reurbanización del barrio Rodrigo Bueno entre 2016 y 2021 se ejecutaron 5.588.492.342 pesos, lo que equivale a 5.610.936 por cada hogar, mientras que en la Villa 20, el presupuesto durante ese período fue de 11.481.249.671 pesos; 1.259.461 por familia, lo que ubica a este asentamiento en el lugar en el que menos se invirtió por grupo familiar ya que su población es de casi 28.000 personas.