Los bombardeos en la Franja de Gaza han dejado más de 300 heridos y severos daños en edificios.

 

Israel.

Los bombardeos masivos de la aviación israelí contra el enclave de la Franja de Gaza se salda con 53 palestinos muertos, entre ellos varios menores de edad, y más de 300 heridos, entre ellos varios niños, mientras la comunidad internacional pide el cese de las hostilidades.

El Ministerio de Sanidad de Gaza ha señalado en su último balance que entre las víctimas mortales hay 14 niños y han agregado que hasta ahora hay 320 heridos, el cual ha indicado que al menos ocho palestinos más han muerto en bombardeos perpetrados durante las últimas horas en varias zonas de Gaza.

Entre las víctimas figuran cuatro jóvenes que se encontraban en una calle de Ciudad de Gaza, así como cuatro agricultores alcanzados por un ataque aéreo en el norte de la Franja, sin que las autoridades israelíes se hayan reconocido su responsabilidad en este sentido.

La violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este, anexionado por Israel en 1967.

La preocupación crece en la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para otra reunión de emergencia el miércoles.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha condenado «en los términos más firmes» la muerte de cuatro niños palestinos cerca del campamento de Beit Hanun, en el norte de Gaza, todos ellos miembros de la misma familia.

«Tenían menos de 12 años y eran conocidos por la agencia porque iban a escuelas de la UNRWA», dijo la organización en un comunicado, en el que ha trasladado sus condolencias a sus familias y a los miembros de las comunidades «tan cruelmente afectadas por esta última escalada».

En esta línea, la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Fatou Bensouda, advirtió también el miércoles de la «posible comisión de crímenes» en el marco de los enfrentamientos registrados desde el lunes, al tiempo que ha mostrado su «gran preocupación» por «la escalada de violencia en Cisjordania, incluido Jerusalén Este, así como en Gaza y sus alrededores.

Por otra parte, Israel habría rechazado la propuesta planteada por la Organización de Naciones Unidas y el gobierno de Egipto de un alto el fuego con el Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas), que gobierna la franja.

En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Benjamin Gantz, ha incidido en que las operaciones continuarán y que el país «no se prepara para un alto el fuego». «Ahora mismo no hay fecha de finalización para la operación».

Los nuevos enfrentamientos han estallado después del aumento de las tensiones en Jerusalén, al alza por las órdenes de desahucio de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este, recrudecidos durante los últimos días para protestar contra la represión por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, que dejaron cientos de palestinos heridos.

A esta hora se reúne en Nueva York el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para discutir el conflicto israelí-palestino.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, llamaron este miércoles a la «desescalada», igual que lo hizo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Mientras que el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, advirtió del riesgo de una «guerra a gran escala». Por su parte  la Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que pueden haber «posibles crímenes» cometidos en el conflicto.