En el día 48 desde el inicio de la invasión, Putin estimó que la «falta de coherencia» de la contraparte impedía llegar a un acuerdo entre los dos países, pero el consejero del presidente de Ucrania, Mijailo Podoliak, habló que las «negociaciones son extremadamente difíciles» por culpa de Moscú.

 

rusia
Rusia y Ucrania coincidieron este martes en la dificultad de avanzar en las negociaciones de paz y mientras el mandatario ruso, Vladimir Putin, reafirmó que su ejército avanza «con calma» hacia el «objetivo fundamental» en el este, su par ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció «violaciones» y «torturas» en las zonas ocupadas por las fuerzas invasoras.

En el día 48 desde el inicio de la invasión, Putin estimó que la «falta de coherencia» de la contraparte impedía llegar a un acuerdo entre los dos países, pero el consejero del presidente de Ucrania, Mijailo Podoliak, habló que las «negociaciones son extremadamente difíciles» por culpa de Moscú.

«Nuestro cometido es cumplir los objetivos fijados minimizando las pérdidas, vamos a actuar de forma armoniosa, con calma, conforme al plan propuesto desde el principio por el Estado Mayor», dijo el líder del Kremlin en una rueda de prensa junto al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en la que rechazó hablar de fechas, según consignó la agencia de noticias AFP.

Putin restó importancia a los comentarios según los cuales el ejército ruso tenía dificultades frente a la resistencia ucraniana y tuvo que renunciar a tomar el control de las grandes ciudades y de Kiev para centrarse en el Donbass, la región que alberga dos provincias rusoparlantes que mantienen desde hace ocho años un conflicto armado contra el gobierno de Kiev.

El presidente también dio a entender que si las fuerzas rusas no avanzaban más rápido era para evitar grandes pérdidas: «Oigo a menudo la pregunta, ¿se puede ir más rápido? Sí, es posible, pero esto implica intensificar las operaciones militares, lo que lamentablemente habría tenido un efecto en las pérdidas».

Por el contrario, Zelenski denunció  «cientos de casos de violación» y «tortura» en las zonas que ocupó el ejército ruso, «incluyendo niñas menores de edad y niños muy pequeños».

«En las zonas liberadas de los ocupantes continúa el registro y la investigación de los crímenes de guerra cometidos por Rusia. Casi a diario se encuentran nuevas fosas comunes», afirmó en un mensaje al Parlamento lituano por videoconferencia. «Cientos de niños han quedado huérfanos. No sabemos exactamente el número de víctimas», prosiguió.

En el territorio, las fuerzas rusas seguían estrechando el cerco en Mariupol, una estratégica ciudad portuaria que los últimos soldados ucranianos intentan defender, mientras Kiev se prepara para una gran ofensiva en el este. En esta ciudad del sureste de Ucrania, asediada desde hace más de 40 días por el ejército ruso y destruida en gran parte, la situación humanitaria es dramática.

La conquista de Mariupol permitiría a los rusos consolidar sus conquistas territoriales en la franja costera del mar de Azov, uniendo así las regiones del Donbass con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Los civiles siguieron huyendo de las regiones de Lugansk y Donetsk, desde donde debían partir este martes seis trenes de evacuación, según la administración regional de Lugansk.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este martes haber verificado 108 ataques a infraestructuras o personal médico en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, que dejaron 73 muertos y 51 heridos, y anunció planes para reforzar su ayuda a la atención de la salud en el país.

ucrania
El organismo de salud de la ONU dijo que próximamente dará al Ministerio de Salud ucraniano 15 generadores eléctricos para hospitales y 20 ambulancias, que trabaja con las autoridades locales para construir hospitales de campaña y coordina con varios países la apertura de clínicas móviles.

En tanto, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, alertó que la guerra entre Rusia y Ucrania «ha desatado una reacción en cadena en la economía mundial haciendo subir los precios de la energía y los alimentos, lo cual agravará la pobreza, el hambre y el endeudamiento», por lo que exhortó a los países más desarrollados a «mantener los mercados abiertos y revertir las políticas que concentran la riqueza».

«La guerra estalló justo cuando la economía mundial intentaba recuperarse de la pandemia de Covid-19 y los nuevos confinamientos en China añadieron incertidumbre a la situación», declaró Malpass durante un discurso en la capital de Polonia.

En ese país están viviendo temporalmente más de la mitad de los 4,5 millones de refugiados ucranianos que huyeron de su país desde el inicio de la guerra, de acuerdo a datos de la Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados.