En defensa de la Educación Pública

por Adela Basch

Escuelas de Islas

Pobrecitos, itos, itos, pobrecitas, itas, itas, esas personitas de vida tan pequeñita, tan dimunutita, tan minusculita, que no tienen en su interior ni un lugarcito para los demás.

Pobrecitos, itos, itas, pobrecitas, itas, itas, itas, de mente tan estrechita que no cabe ninguna ideíta que no tengan en su viejita estructurita.

Tan mezquinitos ellos y ellas, tan estrechitos de entendederitas, tan mentirositos, tan farsantitos, tan de la paja en el ojo ajeno y las vigas en el propio, tan creíditos, tan indiferentitos respecto de lo que no es su ombliguito.

Tan codiciositos que por un puñadito de monedas venden su almita y hacen una contribucioncita para que la riqueza esté cada vez en manos de menos y la miseria, las enfermedades, el hambre, las calamidades, los padecimientos estén cada vez en las vidas de más.

Tan dormiditos, tan encegueciditos, de corazoncito tan yermo, tan estéril, tan brutitos, tan ignorantitos respecto de las posibilidades del ser humano y del devenir de la vida, que creen que nadie que nació en la pobreza puede llegar a la Universidad y piensan que asistir a la Escuela Pública es caer.

Tan pobrecitos, itos, itos, tan pobrecitas, itas, itas.

¡VIVA LA EDUCACIÓN PÚBLICA, VIVA!