Momentos después del inicio del ataque bélico en el país, el costo humano de la difícil situación que se vive en el este de Europa se manifiesta en crudas imágenes y relatos de las víctimas civiles del conflicto.
Poco después del discurso del presidente ruso Vladimir Putin que dio inicio a «una operación militar» comenzaron a escucharse explosiones en varias ciudades de Ucrania como la capital, Kiev, pero también los puertos estratégicos de Odesa o Mariupol, a orillas del Mar Negro y el Mar de Azov.
Uno de los primeros objetivos de la invasión militar lanzada por el Kremlin fue Jarkov, segunda urbe de importancia y ubicada muy cerca de la frontera con Rusia.
Cerca del cadáver estaba postrado su hijo de unos 30 años: «Le había dicho que nos fuésemos», se repite a si misma entre llantos en referencia al hombre muerto, describe un reporte de la agencia de noticias AFP.
En Chuguev los bombardeos rusos resonaron durante parte de la noche: un misil dejó un cráter de cuatro a cinco metros de diámetro entre lo que minutos antes eran dos edificios de cinco pisos y hoy quedaron reducidos a esqueletos de material y llamas que los bomberos intentan extinguir.
En esa zona, cercana de Donetsk y Lugansk, los territorios separatistas que el Kremlin reconoció el lunes pasado como Estados independientes, empezaron las evacuaciones de población civil.
En otras zonas, como en el Municipio de Novotoshkovka, la evacuación ya no es posible: horas después del inicio del ataque, los disparos de artillería rusos son demasiado intensos y las comunicaciones complicadas.
Más lejos del frente, en Kiev, también se escucharon explosiones que hicieron sonar las sirenas para alertar sobre los bombardeos.
El alcalde de la capital, Vitaly Klitschko, declaró el toque de queda, aconsejó a los residentes que se quedaran en casa a menos que estén involucrados en un trabajo crítico y los instó a preparar bolsas con artículos de primera necesidad y documentos si necesitan evacuar.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, instó a los ciudadanos rusos a «salir» a las calles para «protestar contra la guerra» y prometió armas a todos los ciudadanos de su país que tengan experiencia de combate para defender a la nación.
«Si continúan bombardeándonos, voy a encontrar armas y a defender mi patria, poco importa si tengo 62 años», aseguró en ese sentido Vladimir Levashov, habitante de Chuguev.
“Tenemos confianza, pero nos estamos preparando para lo peor”, dijo a la cadena CNN Svetlana Locotova, residente de la localidad, mientras hacía una larga cola para sacar plata de un cajero automático, panorama similar al que se vio en las estaciones de servicio con caravanas de autos que buscaban abastecerse ante la posibilidad de escasez.
En la ciudad portuaria de Mariupol, la principal urbe controlada por el gobierno ucraniano cerca de la línea del frente en el este, también se oyeron potentes detonaciones, así como en Odesa, en el Mar Negro y muy cerca de la Península de Crimea, anexada por Rusia en 2014.
En Kramatorsk, una ciudad que sirve de cuartel general de las fuerzas ucranianas, se escucharon al menos cuatro fuertes explosiones.
“Ya hemos visto informes sobre víctimas y personas que empiezan a huir de sus hogares buscando seguridad», alertó el jefe de la agencia de la ONU, antes de pedir protección para las vidas de los civiles y las infraestructuras civiles, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario.
«En la guerra no hay vencedores, sino incontables vidas que quedarán destrozadas», alertó.