La historia de la «Laguna Idahome» y la casa de Hugo del Carril

Por: José María Frías

 

Me gusta investigar y recopilar material de historias de lugares y casas antiguas del delta, mal o bien conservadas.

Una edificación bien conservada, es la que está a orillas del Carapachay, altura kilómetro 13 aproximadamente, casi a medio trayecto entre el Luján y el Paraná de las Palmas; hoy administrada con otros dueños, como lugar de esparcimiento y alojamiento para turistas, llamada Bonanza.

Bonanza

Es una casona estilo italiano, que data del año 1898.

Entre sus dueños, se destacó, en la década del 30, el suizo Ricardo Hofler, quien junto a su esposa Ida (norteamericana) compraron inclusive predios que la rodeaban, destinándolos a plantaciones de frutas, especialmente de manzanas.

Ricardo, además, hizo cavar en parte de ellos una laguna, que bautizó «Idahome» (que significa «Hogar de Ida»), obviamente en alusión a su mujer.

Un amigo de la pagina «Islas del delta Bonaerense», José Luis Gonzalez, contó que vivió allí sus primeros 2 años de vida, y su padre fue el administrador entre 1936 y 1953; por lo que su testimonio es valioso en cuanto a la historia del lugar.

Relató detalles, tales como que Ricardo fue por ese entonces socio de Otto Bemberg en la Cervecería Quilmes; y que no hubo hijos fruto del matrimonio.

La isla la compró como lugar de fin de semana y además, para llevar adelante una plantación de fruticultura; sueño que logró con esfuerzo, dedicándose especialmente a cítricos y manzanas; exportando estas últimas a los Estados Unidos bajo la marca «Guillermo Tell».

La laguna fue mandada a cavar por él, con el fin de rellenar todos los bordes de la isla y evitar el ingreso de agua por inundaciones.

En la época de la inauguración, la laguna tuvo 12 hectáreas por 12 metros de profundidad; y a manera de anexo, había otra más pequeña que era aliviadora; ademas de contar con salas de bombas y canales que evacuaban el agua de lluvia, y ante un posible desborde de los ríos.

Para llevar a cabo las excavaciones, se trabajó con dragas y, para poder distribuir y volcar el refulado, contó hasta con un tren de trocha angosta que recorría el perímetro de la isla; que en ese entonces eran 240 hectáreas.

Dentro de las instalaciones de la isla, en la que trabajan 270 portugueses, había un frigorífico, grupos electrógenos; y la primera clasificadora y calibradora de manzanas del país.

En la década del 40, fallece Ida y dentro del mismo mes don Ricardo Hoffer. Antes de ocurrir estas pérdidas irreparables, Ricardo había donado a muchos de sus empleados las acciones de la «sociedad fruticultura Idahome»; la que a principios del ’70 terminó por
disolverse.

Laguna Idahome

Si se cuenta con el permiso de unos caseros que cuidan el lugar; es una belleza y sorprende navegar en bote desde el Carapachay para encontrarse con semejante laguna, rodeada de verde.

Y mientras la navegamos, descubrimos otra historia más.

Entre 1970 y 1980 aproximadamente, funcionó en sus márgenes un criadero de nutrias de pelaje negro que perteneció a nuestro locutor, cantante y actor Hugo del Carril.

 

Hugo del Carril

Las nutrias eran criadas sobre elásticos de camas antiguas y se sumergían en el agua en especie de estanques que se formaban debajo de las camas.

Casa de Hugo del Carril

Las enormes instalaciones, afectadas por el paso de los años y el abandono, perdieron la batalla con la vegetación reinante.

Casa de Hugo del Carril

Mientras tanto, la casa de este célebre y querido artista, fue declarada de interés cultural y legislativo por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

Años después, en el acto de inauguración el Río Tigre de las amarras que llevan su nombre y apellido, su hijo destacó: “Nuestro padre vivió en la isla y nos inculcó el amor por Tigre y su Delta, fue un isleño muy querido por sus vecinos y que hayan puesto su nombre a las amarras es un orgullo para la familia del Carril”.

Amarra Hugo del Carril

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