“Este punto de partida es sobre el cual acepto ser evaluado como presidente: por si pudimos reducir la pobreza en este gobierno”: Mauricio Macri

 

Pobreza

A fines de setiembre de 2016, Mauricio Macri se cavaba su propia fosa. Evaluar el Gobierno por los índices de pobreza implica colocarlo como el peor gobierno desde el estallido de 2001.

Uno de los latiguillos durante la campaña presidencial de 2015 fue la promesa de “Pobreza cero”. Luego de asumir, aclaró que era más bien un horizonte, una expresión de deseo. Pero la política de Cambiemos fue, desde el primer día, contraria al desarrollo de los sectores más vulnerables.

Aplicó un régimen tarifario durísimo en los servicios básicos, elevó las tasas de interés, quitó retenciones a la agro-exportación, tomó deuda y liberó al dólar de todo cepo.

Este combo produjo el deterioro de la actividad económica, la destrucción del empleo, desarticuló a la industria y no pudo contener ni la inflación ni el dólar. La consecuencia fue la caída del salario, jubilaciones, asignaciones y demás ingresos.

El impacto del ajuste sobre la pobreza ha sido brutal. Las estimaciones privadas indican que para el final del mandato de Macri, se ubicará entre el 38 y el 40%. Había comenzado su mandato con la pobreza por debajo del 30%.

“¿Es equidad que hayamos poblado la Provincia de Universidades cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la Universidad?”, dijo en mayo de 2018, en el Rotary Club, la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

Mientras, el hoy derrotado Intendente de Quilmes, el cocinero Martiniano Molina, quería promover el turismo en Villa Itatí: “Soñamos que Villa Itatí se convierta en un polo turístico, como pasa con la Rocinha en Brasil. Eso se puede transformar en una visita turística muy interesante”, aseguraba con entusiasmo en plena campaña electoral en agosto de este año.

También el candidato a vicepresidente, Miguel Angel Pichetto, salió a hablar sobre pobreza: “¿Cómo puede ser que 400.000 venezolanos estén todos trabajando si cuando llegaron no conocían las calles? Es un ejemplo de la realidad que nos tiene que permitir reflexionar”, llamando a los argentinos a soportar la precarización.

“La Argentina es un país muy generoso, acá viene gente y lo que hace es salir a hacer venta ambulante, de contrabando, y después agarran y terminan vendiendo droga”, sostuvo a comienzos de octubre. Hasta rematar con una frase despreciable cuando se refería a una imagen aérea de la Villa 1-11-14 publicada por Clarín: «Había dos colas. Una que manejaba el narcotráfico paraguayo… Para no ponerle calificación de nacionalidades, porque después se enojan conmigo, una nacionalidad determinada, que tiene vinculación con la marihuana, hacía la venta de marihuana. Y otros muchachos de afuera del país, también que han venido a este país tan generoso, vendían cocaína. Todo esto fue tomado por un dron y después entró la Gendarmería. La verdad, habría que dinamitar todo, que todo vuele por el aire«, señaló.

Con este tipo de opiniones de los dirigentes del PRO-Cambiemos no extraña que nunca se haya aplicado la Ley de Emergencia Alimentaria votada en octubre por el Congreso Nacional.

Deuda odiosa

Según el balance de la era Macri que publicó la semana pasada el Centro de Investigación y Formación (CIFRA) de la CTA, fueron US$ 103.808 millones los que se incrementaron al stock de deuda pública en moneda extranjera entre diciembre de 2015 y septiembre de 2019. En el mismo lapso salieron del sistema financiero US$ 93.667 millones.

El 80% del préstamo de 44.000 millones de dólares que otorgó hasta ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI) al Gobierno argentino se empleó para pagar vencimientos de deuda en moneda extranjera, reconoció el Ministerio de Hacienda.

Otro 14% del monto desembolsado se destinó a deuda en pesos argentinos, 1% fue para gastos en la divisa extranjera, «como la importación de combustibles», y 4%, equivalente a 1.900 millones de dólares, son reservas del Banco Central, agrega el informe del Palacio de Hacienda.

Argentina mantiene una deuda por 20.009 millones de dólares con otros organismos internacionales como el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

De este modo, la deuda pública en los últimos cuatro años de administración de Mauricio Macri aumentó 31%, al pasar de 240.000 millones a 314.000 millones de dólares.

El economista del CIFRA, Mariano Barrera, habló acerca de las conclusiones del informe desarrollado sobre la deuda argentina y aseguró que el endeudamiento solo sirvió para que empresas internacionales y locales fugaran divisas tras obtener beneficios de la «timba financiera«.

Según el centro de estudios, Macri es el presidente que más endeudó por año a la Argentina.

“Se ve el retorno a un proceso de valorización financiera del capital que instaló la dictadura en 1976 e implosionó en 2001 con la caída del gobierno de la Alianza. Y el promedio de endeudamiento en la era Macri fue de US$ 32.500 millones, muy por encima del que alcanzó la dictadura en valores constantes”, aseguró el economista Mariano Barrera.

“Cuando uno mira los datos desde el fin del gobierno de Cristina hasta la actualidad se acumuló US$104.000 millones de deuda y la salida de capitales fue de US$94.000 millones. La política de endeudamiento no tenía que ver con cubrir baches de financiamiento local para obras de infraestructura sino para conseguir dólares para que grandes capitales locales o internacionales que entraron en la timba financiera con tasas exorbitantes pudieran tener los dólares para salir una vez que valorizaran su capital internamente”, culminó.