Las cenizas de la última presidenta de Asociación Madres de Plaza de Mayo fueron esparcidas allí en una multitudinaria y emotiva ceremonia. La Plaza desbordó las expectativas de la organización, que había convocado a participar de su tradicional ronda de los jueves para homenajear su memoria y legado.
? Marcha en Plaza de Mayo para honrar el legado de Hebe de Bonafini pic.twitter.com/lKNqJyuk8K
— Agencia Télam (@AgenciaTelam) November 24, 2022
Entre los presentes se alcanzó a ver a la cantante Teresa Parodi, el Padre Paco Olveira, del Grupo de Curas en Opción por los Pobres; el exministro de Economía, Amado Boudou, el gremialista Daniel Catalano (ATE-Capital), y al ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa.
«Continuemos con la lucha para que de una vez por todas podamos construir esa Patria justa, libre, soberana, equitativa e igualitaria; compañeros continuemos el camino», pidió sentada desde un escenario Sara Mrad, una de las cinco Madres que esta tarde cumplió con el deseo de Hebe de que sus restos descansaran en la Plaza de Mayo.
También, el histórico militante Demetrio Iramain exhortó a «reivindicar y defender» a Bonafini, pidió no «inventar una Hebe a la medida» de cada uno y llamó a «luchar como ella» y a materializar la última convocatoria de la presidenta de Madres: «Una pueblada contra el partido judicial, un 19 y 20 de diciembre» contra los magistrados que «quieren encarcelar a Cristina (Fernández de Kirchner) y nos quieren dejar sin el sueño de volver a ser felices».
«Eso no lo vamos a permitir con el mandato de Hebe que vamos a llevar adelante», aseguró mientras los aplausos se sucedían, al igual que los cánticos y las consignas: «Madres de la Plaza, el pueblo las abraza».
En medio de aplausos, abrazos y cantos, las mujeres fueron recibidas allí por el gobernador Axel Kicillof; el ministro bonaerense Andrés Larroque; y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti.
Después, en una ceremonia sencilla y emotiva, las cenizas de Bonafini fueron colocadas -junto a un rosario que le había regalado el Papa Francisco- al pie de uno de los arbustos del pequeño jardín circundante a la Pirámide, donde también se pusieron rosas blancas y una planta de jazmín.
«Hebe no se fue, está con nosotros», dijo más tarde con la ternura de sus 98 años en la voz Visitación de Loyola, desde el escenario, frente a una multitud conmovida que replicó en su gestualidad uno de los lemas de Bonafini: «Amor con amor se paga».
Así, el legado de Bonafini quedó cristalizado, no sólo en la participación masiva de la ronda, sino en las banderas y pancartas, que desde temprano poblaron la plaza con palabras como «Gracias», «Hasta la victoria siempre» y «Hebe, bella aguerrida».
Ramos de flores fueron colgados en las rejas y todo el perímetro de rejas alrededor de la Pirámide también plasmó con fotos distintos momentos de la vida de Hebe, muchos junto a Néstor y Cristina Kirchner y también acompañada por jóvenes militantes.
Pero, además, en la convicción de los discursos de sus compañeras: «La política no es un camino para conseguir un cargo, sino para construir un proyecto donde la distribución de la riqueza esté en el pueblo, donde la vida es vida, donde garanticemos que los niños sean felices», como dijo Chueque, una de las oradoras.
Junto a Azucena Villaflor
Los restos de Bonafini descansan en la Plaza de Mayo, al igual que los de Azucena Villaflor de Vicenti, la primera madre, cuyas cenizas permanecen enterradas en la base de la Pirámide de Mayo, el mismo sitio donde hace 45 años las mujeres de pañuelo blanco comenzaron su lucha por los derechos humanos contra el terrorismo de Estado.
El 30 de abril de 1977, en pleno auge de la dictadura cívico militar, un grupo de mujeres encabezadas por Villaflor de Vicenti se concentraron por primera vez en el centro de la Plaza de Mayo y desde entonces jamás dejaron de hacerlo.
A comienzos de 1977 su hijo mayor Jorge Omar fue secuestrado y desaparecido en La Plata, y en diciembre de ese mismo año corrió la misma suerte su otro hijo, Raúl.
Además, al año siguiente desapareció su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.
Al frente de las Madres
Hebe María Pastor de Bonafini inició su tarea como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en 1979 -luego del secuestro y desaparición de la primera titular, Azucena Villaflor-, entidad en la que se destacó por la lucha por los derechos humanos, contra la impunidad de los culpables de crímenes de lesa humanidad, junto a la reivindicación de la militancia revolucionaria de los detenidos desaparecidos y asesinados.
Hebe no sólo reivindicó las luchas de sus propios hijos, sino que impulsó el reclamo colectivo de las Madres: «Todos son nuestros hijos».
Siguió su lucha sola aún después de la muerte de su esposo, ocurrida en septiembre de 1982.
Estos hitos coinciden con sus ideas de que los derechos humanos debían conjugarse con los derechos sociales. De la mano de esa concepción nunca ocultó sus preferencias políticas que quedaron expresadas en sus posiciones intransigentes ante las desigualdades.
Durante los más de 12 años de gobiernos kirchneristas, la asociación interrumpió sus históricas «marchas de la Resistencia» que protagonizaba cada año desde 1981.
Fue una gran defensora de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y otras políticas públicas impulsadas por los gobiernos kirchneristas.
PARA PISONI, LA MUERTE DE HEBE ES «COMPARABLE CON LAS DE NÉSTOR KIRCHNER Y DIEGO MARADONA»
El referente de agrupación HIJOS, Carlos Pisoni, afirmó que el fallecimiento de la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, ocurrido el domingo pasado, es «comparable» con los del expresidente Néstor Kirchner y el futbolista Diego Armando Maradona, porque se trata de figuras que dejan «un legado irremplazable».
«Hebe es irremplazable; nos marca un camino. Podemos hablar de legados, pero no hay nadie que pueda continuarla. Es una gran personalidad. Nos va a costar mucho hacernos a la idea de que ya no la tenemos más. Su muerte es comparable con la de Néstor (Kirchner) y Diego (Maradona). Son ausencias que se sufren todos los días», señaló Pisoni en declaraciones a FM La Patriada.
“Si algo caracterizó a Hebe es que hizo propia la lucha de sus hijos. Era una figura disruptiva porque en plena dictadura y después en la democracia hacía lo que muchos no se atrevían”, apuntó.
Por otro lado, el referente de derechos humanos criticó a referentes de la oposición e indicó que «un integrante del Estado no puede negar la desaparición forzada de personas».
«Si un funcionario público lo hace, debería aplicarse la inhabilitación del cargo. Hay que poner límites, empezar a tener un debate. Los discursos negacioncitas y de odio son y fueron el germen del intento de magnicidio a (la vicepresidenta) Cristina (Fernández de Kirchner). Hubo un envalentonamiento y un sector de la sociedad que dice lo que quiere sin tapujos e incitan a la muerte», subrayó.