A partir del fin de semana pasado, Prefectura Naval Argentina se dispuso a realizar controles estrictos en la navegación a los isleños.

 

PNA TIGRE

Los controles refieren a que las lanchas que no poseen matrícula Mercante, no pueden realizar traslado de personas hacia la isla, argumentando que dicho traslado no es seguro para los pasajeros.

De esta forma, durante el fin de semana detuvieron a todas las lanchas tracker que circulaban y realizaron multas de elevados importes. Estas acciones motivaron que el día sábado, varios isleños que trabajan en estas lanchas que ofician de remise, cortaran río Carapachay a modo de protesta.

Cabe aclarar que el fin de semana largo pasado, el Delta se vio colmado de turistas a pesar de que la actividad está aún prohibida por el DNU Nº 297/2020. Sin embargo, Prefectura Naval manifestó que a pesar del DNU Nº 297/2020, si las personas tienen permiso de circulación, pueden acceder al Delta.

Quizás ésta controvertida afirmación, es la que llevó a la fuerza a no controlar a las Lanchas Colectivas que expidieron boleto turista y excedieron la capacidad del 60% impuesta por la Secretaria de Transporte de la provincia de Buenos Aires, el 21 de marzo, y a las Lanchas taxis con Matrícula Mercante (habilitadas para el transporte) en las cuales los turistas accedieron libremente.

A fin de proponer una solución al conflicto, el Prefecto General de Prefectura Naval Tigre Marcelo Eleuterio Ocampo, citó a una reunión el día lunes a los conductores de lancha remis, para ofrecerle una propuesta de regularización para la circulación.

La propuesta se limitó a anunciar que, para poder trasladar pasajeros, todas las embarcaciones deberán matricularse como Mercantes sin excepción. En caso de no realizar el trámite, se realizarán multas de altos valores, causas penales, detenciones y hasta secuestros de las embarcaciones.

Los requisitos para matricular a una embarcación con matrícula Mercante, no sólo demoran muchos meses, sino que tienen un costo monetario inaccesible para la mayoría de los isleños. Como si esto no alcanzara, para lograr la habilitación, es necesario realizar un curso de 8 meses aproximadamente en las escuelas de Prefectura que debido a la pandemia permanecen cerradas y sin fecha de apertura ni en el corto ni en el largo plazo.

Entre las solicitudes, también se encuentran aptos físicos que no serán alcanzables para muchas de las personas que hoy realizan la actividad, por poseer más de 50 años o padecer alguna enfermedad.

Es decir, el trámite de inscripción a Matrícula Mercante, es IMPOSIBLE de realizar, aunque se pretenda iniciarlo.

Ante la postura inflexible de Prefectura, algunos solicitaron que se proponga una medida intermedia para poder circular y continuar trabajando, como por ejemplo alguna norma que contemple el buen estado de las embarcaciones, las habilidades de manejo, pero que sean REALIZABLES para la comunidad isleña y durante la pandemia.

Las propuestas fueron desechadas sin siquiera dar lugar a un desarrollo posible.

De ésta forma, la totalidad de los conductores de lanchas remises no podrán trabajar.

La “ayuda” para la regularización propuesta por Prefectura se limitó a comprometerse a interceder en los plazos del trámite y brindar asesoramiento para realizarlo. No hubo respuestas a cerca de la apertura de las escuelas navales para realizar los cursos, ni a que los aptos físicos serán limitantes y excluyentes, y mucho menos para los costos monetarios que se deberán afrontar. La palabra “hagan un esfuerzo” resonó en varias oportunidades desde el discurso del Prefecto Ocampo.

Como si de “esfuerzo” solamente se tratara, como si el isleño desconociera el concepto de una vida basada en el esfuerzo y en todas las problemáticas que implican vivir y trabajar en el Delta.

Aclaramos que la actividad de lancha remis no es nueva. Hay personas que las realizan hace más de 20 años, es histórica. Durante el verano pasado, se navegó sin inconvenientes y todos pudieron trabajar, siempre a la vista de la misma Prefectura que hoy decide imponer el control estricto e inflexible.

La pregunta obligada es: ¿Porqué AHORA?

 

En un contexto donde la Pandemia acecha a la población, dejando sumido a los habitantes del Delta en una situación económica crítica, donde muchos isleños no han trabajado durante 7 meses haciendo insostenible su subsistencia, llama poderosamente la atención, la falta de oportunidad de la decisión de Prefectura Naval de Tigre, de “empezar” a cumplir normas de navegación, incumplibles.

El objetivo de PNA, no es la retracción del turismo para el cuidado de la comunidad isleña dando cumplimiento al DNU Nº 297/2020, ya que PNA manifestó que “se puede acceder a la isla con permiso de circulación”; las Empresas de Lanchas Colectivas han vendido boleto turistas y embarcado personas excediendo su capacidad a la vista de Prefectura; y las lanchas Taxis autorizadas ingresaron turismo de forma natural, como se mencionó anteriormente.

Prefectura tampoco intervino en la fiesta electrónica realizada el fin de semana pasado en el Río Carapachay con 150 personas que accedieron desde continente, manifestando que “no tuvieron conocimiento de ella», a pesar de los cientos de denuncias efectuadas por los vecinos.

Llama poderosamente la atención la “falta de sensibilidad y empatía de la Fuerza” al imponer esta norma irrealizable en un contexto social y económico tan adverso para los isleños.

Esta actitud de PNA, no sólo deja sin trabajo a más de treinta familias isleñas en lo inmediato sino en el futuro cercano, en el cual, en el caso de reabrirse el turismo, tampoco podrán trabajar.

Cabe aclarar, que no es la primera vez, que se toman medidas desde Prefectura Naval de Tigre, que afectan negativamente a la comunidad isleña. Ocurre cuando los isleños necesitan transportar objetos en sus embarcaciones; cuando pretenden trabajar vendiendo sus productos, o cuando al inicio de la pandemia, restringieron la navegación a sólo 2 personas por embarcación sin importar la eslora con sólo un comunicado de prensa.

Mientras tanto, en el Deltael turismo desborda sin protocolos adaptados a la isla, las Lanchas Colectivas siguen con horarios restringidos por problemas monetarios de las Empresas, hacinando a isleños y turistas elevando el riesgo de contagio, y los isleños… se quedan sin trabajo.