Mientras Peña insiste con el 15 por ciento las naftas, los impuestos, los servicios públicos, la luz y el gas tienen o tendrán en breve aumentos de hasta un 35 por ciento.Además todos los economistas, opositores y oficialistas, aseguran que la inflación acumulada para este año no estará por debajo del 20 por ciento.

 

El jefe de gabinete Marcos Peña, el hombre que, como todos sabemos, vive en Marte insiste con que las negociaciones salariales no deben superar el 15 por ciento que es la inflación proyectada para todo el año por el Banco Central.

Pero los ajustes tarifarios y “los aumentos con los que debemos convivir” (Marcos Peña dixit) en las naftas duplican y hasta triplican esa pauta que, por otra parte, todos los economistas opositores y afines al macrismo señalan que será imposible de cumplir.

Por caso, la petrolera Shell, a la que el ministro de Energía Juan José Aranguren no hace más que beneficiar con sus medidas, aumentó un 14 por ciento sus combustibles en los últimos 45 días.

La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal acaba de oficializar un aumento del 32 por ciento en las tarifas de la electricidad en la provincia de Buenos Aires.

Edenor, Edesur y Metrogas estan a punto de comenzar a aplicar el nuevo cuadro tarifario con aumentos en las tarifas de hasta un 50 por ciento que, claro está, se suman a los incrementos que ya estaban vigentes desde diciembre de 2017.

Los impuestos inmobiliarios en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires arrancaron el año con aumentos de un 30 por ciento promedio.

En febrero comenzarán a regir los incrementos en las tarifas del transporte público (colectivos, trenes y subterráneos) que representan un alto porcentaje del gasto mensual de los trabajadores que, en promedio, no llegan a percibir 14 o 15 mil pesos por mes en el mejor de los casos.

Pero el gobierno pretende que las discusiones por las mejoras salariales no superen el 15 por ciento fantasioso que proyecto el Banco Central para la inflación de este año.