Las mujeres constituyen el 60% de las inscripciones en el flamante Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep), que ya tiene 171 mil personas anotadas en sólo tres semanas y que muestra a Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Formosa y Chaco como los distritos con mayor número de adscriptos del país.

 

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El Renatep, inaugurado en modalidad virtual el 7 de julio pasado por el Ministerio de Desarrollo Social, tiene como pilar fundamental el «reconocimiento» a las tareas informales que realizan unas 6 millones de personas.

«Simbólicamente es la espalda del Estado que sale a sostener a quienes vivieron una vulnerabilidad histórica con relación al trabajo», declaró en una entrevista con Télam Sonia Lombardo, directora del Registro Nacional de Efectores Sociales, del Ministerio de Desarrollo Social.

Desde la cartera que conduce Daniel Arroyo se impulsa la «federalización» de una estructura que otorge formalidad a los millones de trabajadores de la economía popular y que permita la organización de esas unidades productivas en cada región del país.

Del total de 171 mil inscriptos hasta esta semana, 102 mil son mujeres y los mayores registros se dieron en las provincias de Buenos Aires (68 mil), Córdoba (11.600) y Tucumán (9.900), seguidas por Formosa y Chaco, en una estadística dinámica, que se modifica diariamente, y que hasta ahora sólo está limitada a la modalidad virtual por el aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto para mitigar los efectos de la pandemia de coronavirus.

«El Estado no puede planificar políticas acordes si no conoce cada sector. Hay muchos datos de la situación social, del nivel de pobreza, pero no sabemos la relación de este sector con el trabajo. Qué hacen, dónde lo hacen y eso es muy importante porque no es lo mismo planificar políticas para Humahuaca, que para Buenos Aires. Este es un registro de trabajadores, no es un registro de pobreza», remarcó Lombardo.

A modo de ejemplo, mencionó el caso de los cartoneros y opinó que su reconocimiento como «trabajadores, y no como ‘cirujas’, es un primer paso importantísimo» porque se trata de tareas que «no están valorizadas ni por el Estado, ni por el mercado» y esa ponderación «no será sólo social, sino también económica».

En este marco, la pandemia visibilizó con fuerza el trabajo no reconocido del «cuidado» que realizan millones de mujeres y que quedó en evidencia con las primeras inscripciones en el Renatep: el 60% de los casos son trabajadoras, en su mayoría dedicadas a la rama socio-comunitaria.

Es decir, detalló Lombardo, son las trabajadoras de comedores, merenderos, promotoras de salud y contra la violencia de género y cuidadoras de todo tipo, algo que tiene una vinculación directa con la «situación sanitaria y social» causada por el coronavirus.

Consciente de que la conectividad y el acceso a la tecnología no son accesibles para todos los trabajadores informales, el ministerio desplegará -en una segunda instancia, cuando la situación sanitaria lo permita- operativos territoriales, a través de los Centros de Economía Popular, ubicados en todo el país y que dependen de la Secretara de Economía Social.

El Gobierno ya avanzó en la firma de convenios con varias provincias para organizar el desarrollo del plan que busca formalizar a esos millones de trabajadores y que puedan acceder a distintas herramientas, como el Programa Potenciar Trabajo (provee financiamiento para mejorar las unidades productivas y el producto elaborado, además de una línea de transferencia de ingresos).

También está la posibilidad de dotar a ese sector de «herramientas fiscales», como el acceso al «monotributo al 50% o costo cero», es decir, un «primer escalón en la relación fiscal», explicó Lombardo y destacó también el acceso a «créditos no bancarios y cuentas bancarias de libre movimiento» para que administren sus ingresos, puedan adquirir otros productos y no sólo estén reservadas a recibir transferencias del Estado.

«Apostamos a que crezcan y a que sus emprendimientos se desarrollen, darles capacitación, herramientas relacionadas con lo comercial y generar espacios de comercialización y estrategias amigables para el sector», planteó.

Mujeres y hombres que se sostienen -o se sostenían antes del coronavirus- con la venta ambulante, la agricultura familiar, el arte callejero o tareas de cuida coches, limpia vidrios, pintores, serenos, electricistas, paseadores de perros, lustra botas, fleteros, cuidadoras en jardines maternales barriales, cartoneros, gasistas, recicladores, ayudantes de albañilería y tapiceros, entre otros, pueden inscribirse en el registro.

Está destinado a quienes crearon su propio trabajo a partir de sus saberes y oficios en unidades productivas individuales o colectivas, caracterizadas por una relación asimétrica en el ámbito financiero, comercial o fiscal.

El registro está disponible en el sitio www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/renatep y forma parte del plan de salida de la crisis, analizado por el presidente Alberto Fernández, Arroyo y los movimientos sociales.

El registro está organizado en ocho ramas, para diferenciar los segmentos de la economía popular:

  • 1) Comercio popular y trabajos en espacios públicos
  • 2) Recuperación, reciclado y servicios ambientales
  • 3) Construcción e infraestructura social y mejoramiento ambiental; 4) Industria manufacturera
  • 5) Servicios socio-comunitarios
  • 6) Agricultura familiar y campesina
  • 7) Transporte y almacenamiento
  • 8) Servicios personales y otros oficios.