“A partir de mayo, la concentración de los tres contaminantes volvió a los valores normales precuarentena, lo cual tiene que ver directamente con el aumento de la circulación de vehículos en la ciudad”. El nivel de contaminación del aire en la Ciudad de Buenos Aires es mucho más bajo que en otras grandes ciudades de América Latina como México y San Pablo, algo que se explica en parte por su ubicación geográfica.

Al implementarse en marzo el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de COVID-19, los niveles de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y partículas sólidas menores a 10 micrones bajaron hasta 70% de su concentración.

Sin embargo, “poco duró aquel azul profundo en el cielo: a mediados de mayo, el tránsito vehicular aumentó y la contaminación volvió a los valores ‘normales‘“, indicó Leonardo Serio, investigador de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) que analizó la calidad del aire de la ciudad y advirtió sobre la necesidad de contar con más y mejores mediciones.

“Como indicadores tomé tres contaminantes que en altas concentraciones pueden ser nocivos para la salud, como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y las partículas sólidas menores a 10 micrones. Estos datos surgieron de las mediciones periódicas que realiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires“, explicó el investigador.

Los resultados pusieron en evidencia que en los primeros diez días de la cuarentena ocurrió una caída notable de la concentración de los tres contaminantes, en comparación con los niveles “normales”.

La disminución fue del 70% en los óxidos de nitrógeno, del 30% en el monóxido de carbono y del 40% en el material particulado. Esto se mantuvo los últimos 10 días de marzo y todo abril, salvo para los óxidos de N, que luego achicaron la diferencia al 40%.

“A partir de mayo, la concentración de los tres contaminantes volvió a los valores normales precuarentena, lo cual tiene que ver directamente con el aumento de la circulación de vehículos en la ciudad”.

El nivel de contaminación del aire en la Ciudad de Buenos Aires es mucho más bajo que en otras grandes ciudades de América Latina como México y San Pablo, algo que se explica en parte por su ubicación geográfica.