Los incendios del martes y el miércoles, destruyeron el campo superpoblado y sórdido de Moria, el más grande de Grecia y Europa y dejaron a casi 12.700 personas sin refugio.
Países Bajos recibirá a unos 100 migrantes, la mitad de ellos menores, y Finlandia acogerá 11 niños.
Moria albergaba a migrantes de África, Medio Oriente y Asia que llegaron a la isla desde la cercana Turquía huyendo de guerras o de la pobreza.
En virtud de un acuerdo de 2016 entre Bruselas y Ankara, los que llegan a las islas griegas se quedan allí esperando que se acepte su pedido de asilo o que, caso contrario, sean deportados a Turquía.
La Protección Civil griega declaró el estado de emergencia durante cuatro meses en Lesbos, que tiene una población de 85.000 habitantes y es la principal puerta de entrada de los migrantes a Grecia y a Eruopa por su proximidad a Turquía.
La Protección Civil griega empezó a montar hoy un nuevo campo de refugiados provisional para albergar provisionalmente a las 12.000 personas que se han quedado sin techo tras los incendios, informaron medios locales.
El portal de Internet local de Lesbos stonisi.gr publicó fotos de la llegada de helicópteros con carpas a una zona cercana al campo de Kara Tepe, muy cercano al de Moria y en el que desde 2015 se alojan los grupos más vulnerables.
De acuerdo a este portal, las carpas están llegando en helicóptero y se están trasladando a pie a un terreno propiedad del Estado cerca de Kara Tepe.
Por tercer día consecutivo, los refugiados acampan como pueden en las carreteras que rodean el devastado campo de Moria, desde donde no pueden salir debido al fuerte cordón policial montado para evitar que lleguen hasta la capital, Mitilene.
Entre los que se quedaron sin techo había al menos 35 personas que habían dado positivo en pruebas de coronavirus y que, salvo ocho que han sido identificadas, se encuentran entre el resto de refugiados.
