Ya puso en marcha formalmente un plan que servirá como prueba piloto. Apenas la restringirá a una canasta básica de prestaciones médicas.

 

Así, el sistema de salud público gratuito y universal, ideado por Ramón Carrillo y ejecutado por el peronismo a partir de 1946, sufrirá cambios enormes y quedará apenas restringirá a una canasta básica de prestaciones médicas.

Para ello, el próximo martes Mauricio Macri dará un paso decisivo: en la ciudad mendocina de Guaymallén, el ministro de Salud, Jorge Lemus, pondrá en marcha formalmente la prueba piloto del programa de Cobertura Universal de Salud (CUS), el primer paso hacia el fin de la salud pública, según reveló en un informe el diario Tiempo Argentino.

Lemus hará entrega de 120 mil credenciales a personas que, por trabajar en la informalidad o ser desocupadas, no tienen acceso a obras sociales sindicales o a la medicina prepaga.

El CUS es impulsado por Cambiemos desde el inicio del mandato de Mauricio Macri. «Los médicos sanitarias y los trabajadores de los hospitales públicos rechazan la iniciativa y aseguran que tras esa sigla se esconde un ajuste que determinará restricciones severas en el acceso al sistema público de salud y profundizará la inequidad«, cuenta el matutino.

Y agrega: «Sucede que, a partir de la implementación del nuevo sistema de salud pública, las prestaciones que brindarán los hospitales, en principio, sólo se ceñirán al Programa Médico Obligatorio (PMO): cualquier afección que requiera un tratamiento por fuera de esa cobertura básica tendrá que ser autorizado especialmente o se deberá pagar».

Además cuenta que fuentes de la cartera de Salud que pidieron reserva de identidad le confirmaron a Tiempo que «la puesta en marcha del CUS es un maquillaje del sistema de salud que terminará en la privatización de muchos servicios de los hospitales provinciales que no podrán financiar su funcionamiento».

El programa es impulsado por el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, según los profesionales de la salud que observan con preocupación su puesta en marcha, afectará a los usuarios de los hospitales públicos, pero también a los afiliados de las obras sociales y las prepagas ya que, según pudo saber Tiempo, se sacarán prestaciones del PMO. De esta manera, tratamientos que hasta hoy financiaban las entidades de salud sindicales o privadas deberán ser abonadas por los usuarios.