Cayeron fuerte las reservas del Banco Central en los últimos 30 días. El gobierno necesita mantener quieto al dólar para tener alguna chance electoral en octubre.

FMI

 

El 8 de abril pasado, el Fondo Monetario Internacional envió al país el cuarto desembolso del crédito acordado con el Gobierno de Mauricio Macri en junio de 2018. En total, se depositaron 10.800 millones de dólares.

Poco más de un mes después, el Banco Central perdió en calidad de reservas más de U$S 9 mil millones, el 83% del monto transferido por el FMI. La caída se explica por pagos de vencimientos de deuda y por ventas de dólares de la institución, con vista a mantener «estable» la divisa norteamericana. Como sea, el dólar se encuentra por encima de 46 pesos y nada hace indicar que quede quieto en esa cifra a pesar de los esfuerzos de la administración amarilla.

En total, desde junio del año pasado, el FMI transfirió U$S 40 mil millones, sobre 57 mil millones comprometidos. Buena parte del resto (90%) llegará en dos envíos antes de las elecciones de octubre. El organismo hace todo lo posible para intentar que el macrismo llegue a la contienda política sin sobresaltos financieros.

El acuerdo con el FMI impondrá severos condicionamientos al futuro gobierno argentino, que deberá devolver una porción importante del gigantezco préstamo en los próximos cuatro años.

Entre 2022 y 2023, Argentina deberá pagar 45 mil millones de dólares, si se mantiene el pacto tal cual fue firmado por Casa Rosada. Como sea, más formal o informalmente, todos los economistas (sean del palo que fuere) reconocen que el partido político que gane las elecciones de este año deberá renegociar el programa de vencimientos porque así como está es impagable.