Se presentó un avance. Se trata de montar una red de “Faros de Conservación” con infraestructura elemental, en primera instancia, para prevenir y controlar los focos ígneos. Un proyecto a largo plazo, bajo la coordinación de Parques Nacionales, con participación de provincias, municipios, pobladores y productores.

 

Incendios

El 28 de julio pasado se arribó a un avance del proyecto que desarrolla el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación para intervenir ante los incendios en las islas y los humedales en el río Paraná.

La iniciativa, elaborada en el marco de la cartera de Juan Cabandié, supone una acción urgente ante la situación; un plan a corto plazo y un proyecto a mediano plazo para prevenir incendios, conservar la biodiversidad y promover un trabajo con lugareños y productores en pos de una transición hacia una actividad económica sustentable, que no suponga daños al ecosistema de los humedales.

Página Política accedió al proyecto presentado que supone una tarea coordinada desde la Administración de Parques Nacionales, aunque en articulación con las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, instituciones vinculadas desde el 2008 cuando se lanzó el Plan Integración Estratégico para la Conversación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas-DP).

El plan del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable plantea la instauración en la zona (dos millones de hectáreas) de una Red de Faros de Conservación como base de una estrategia “para la sostenibilidad ambiental del Delta” en el corto plazo y para desarrollar un plan integral.

Se remarca que en el marco del Piecas, en 2014, se rubricó un documento que establece como prioridad “mantener la condición e integridad del conjunto de humedales y los bienes y servicios ambientales”. Se prevé que las intervenciones asociadas a infraestructuras “deben ajustarse a las condiciones ecológicas y las dinámicas hídricas atendiendo a las necesidades de la población isleña”. En aquel documento se marcó que “las actividades productivas deben ajustarse a regulaciones que aseguren la sostenibilidad de los servicios ecosistémicos y la dinámica hidrológica atendiendo a la equidad social”.

No es lo que está sucediendo. La falta de control y las prácticas de la quema de pastizales están provocando la destrucción de la fauna y la flora de los humedales, además de afectar la salud de los lugareños y de las poblaciones en las ciudades ribereñas.

Atender la urgencia

El plan de Nación marca la urgencia de atender el problema de los incendios fuera de control.

Se plantea como hipótesis “de alta probabilidad” que los focos ígneos se inician intencionalmente “en el manejo de pastizales para la ganadería extensiva”.

Se advierte “una débil presencia del Estado en el territorio para prevenir el problema” y para dar cumplimiento efectivo a leyes provinciales alusivas al control del fuego. Se admite “la difícil gobernabilidad del territorio por su extensión y complicada accesibilidad” en superficies que tienen fases de inundación y sequía. Se señala que se carece de “un plan de desarrollo o manejo que establezca pautas de uso del suelo y regulación de actividades”.

Aparecen, así, como consecuencias principales de este estado de cosas, la destrucción de ecosistemas; la pérdida de biodiversidad; la degradación de la tierra; la contaminación de las aguas; la pérdida de la capacidad productiva del territorio; el riesgo para la vida de la población isleña; y la contaminación del aire que afecta la salud y la seguridad; el aumento de emanación de Gas de Efecto Invernadero.

Estrategia planteada

Se planifica un abordaje del territorio del delta mediante una serie de nodos, comunicados en red, “a fin de poder desplegar una política de prevención para la conservación y el desarrollo sostenible, en el corto plazo, en un área de cerca de 2 millones de hectáreas”.

Se plantea así cumplir con los siguientes objetivos:

1) gestión de riesgos con la implementación de un sistema permanente de monitoreo para la prevención de riesgos ambientales

2) conservación ambiental para lo que se proponen acciones para proteger la biodiversidad y promover la conectividad ambiental

3) capacitación para la producción para lo que se contempla acompañar a productores rurales y pobladores isleños en la transición de las actividades hacia la sostenibilidad ambiental, económica y social.

Qué son los Faros de Conservación

Estos faros suponen, en principio, contar con un equipo de personal técnico organizado en torno a una metodología de trabajo.

Ese equipo se encuentra localizado en territorio, con equipamiento y herramientas específicas: una base para personal permanente, lanchas, vehículos, drones, sistemas de control, estación meteorológica, equipos de comunicación, equipos de monitoreo ambiental.

Estos faros, además, son núcleos insertos en el territorio para la irradiación de políticas ambientales. Son espacios institucionales para conectar y referenciar a poblaciones y productores y tienen como eje estratégico los lineamientos y recomendaciones planteados en el Piecas desde su instauración.

Estos faros en red constituyen también “un modelo de gestión replicable y ampliable” en función de políticas de prevención de riesgos, conservación de la biodiversidad, transición productiva regional. Son también autoridad de aplicación de la normativa vigente y son cabecera de planes o programas a desarrollar en pos de los objetivos propuestos.

Funcionarán bajo una estrategia coordinada por la Administración de Parques Nacionales, en articulación con los actores del territorio y organismos nacionales, provinciales y municipales.

Tendrán una distribución territorial adecuada y abarcativa en el territorio. Lo previsto es que se asienten en cercanías de zonas con alta recurrencia de incendios y preferentemente en unidades territoriales de entre 3 mil a 5 mil hectáreas. Se considera necesario contar con al menos un faro cada cien mil hectáreas.

Etapas

La estrategia planteada por el Ministerio de Ambiente tiene distintas fases de implementación:

Fase 1. Inmediata.

a) Supone la instalación de los primeros dos faros en los parques nacionales ya existentes en la zona (parque del predelta y las islas de Santa Fe).

b) Instalación de un tercer faro en Isla Charigüe frente a Rosario.

Piecas Piecas

Fase 2. Corto Plazo.

Implica la identificación e instalación de nuevos faros en el territorio a fines de ser integrados a la red. Se contempla su montaje en reservas naturales existentes; tierras fiscales nacionales, provinciales o municipales; tierras de organismos nacionales como INTA, Senasa, universidades públicas, otros; tierras de empresas del Estado o de particulares.

Piecas

Tercera etapa

Se plantea un Programa de Cuidadores del Delta que contempla “la inclusión de la población isleña” en un proyecto de conservación ambiental en los entornos de los faros.

Implica un plan de capacitación en conservación para lograr la detección y alerta temprana, apuntar a un registro de especies para el monitoreo de la fauna con la participación de los lugareños y el manejo de herramientas para el registro visual y otras técnicas de observación y registro de la biodiversidad.