Lamentamos el fallecimiento de nuestro vecino Don Aquiles, quien fue participe de una tragedia el pasado viernes 08 de junio
Mucho se ha dicho en el resto de los medios sobre el suceso que desencadeno la muerte de Don Aquiles. Por lo tanto, aquí no vamos referirnos a los detalles del caso por el respecto que le debemos a su familia y a sus amigos que amaban el Delta tanto como él.
Presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigaciones (CAESI), fue también vicepresidente de la Federación de Seguridad del Mercosur (Fesesur) y presidente Internacional de la Federación Panamericana de Seguridad Privada (Fepasep); pero, antes que nada, era un amante de nuestras Islas, disfrutaba de su casa en el Arroyo Rama Negra como pocos. Una antigua casa de adobe, reciclada por completo manteniendo el estilo isleño y sin dudas una de las más lindas del Delta.
Amante de los animales, propios y ajenos; siempre tenía un poco de asado listo para los perros del barrio que lo esperaban los fines de semana.
Buen vecino, solidario y generoso. Venía a su casa en la Isla durante todo el año. A veces podíamos encontrarlo arreglando incansablemente su impecable jardín, o haciendo el asado para recibir a su familia o amigos. Sus festejos de fin de año tan característicos en su blanco muelle, estaban bañados de risas y una alegría muy especial.
Sin duda, disfrutaba de la vida… pintaba sus cuadros en éste bello lugar que lo inspiraba.
Nuestras casas estaban separadas solamente por un arroyito con un puente y su trato amable y tranquilo nunca se hacía esperar.
Lamento personalmente su partida. Desde el Arroyo Rama Negra acompaño con el corazón a todos sus seres queridos en este difícil momento.
A su esposa, sus hijos, sus amigos y sus vecinos, nos queda el mejor de los recuerdos.
Hasta siempre Don Aquiles!
Cuando cerró el Bco cuyo presidente era Rubén Beraja, yo formaba parte de la Seguridad del mismo, y por lo tanto, quedaba en la calle, sin trabajo, en Diciembre de 1998. El Sr. Gorini, pasaba por la puerta del lugar, y, al verme aún con la vestimenta de seguridad, se acercó a mí y me ofreció su tarjeta personal, diciéndome: «si necesitás trabajar, andá a verlo a Roberto Del……, de parte mía, y con una sonrisa, se alejó. Yo me preguntaba si era un Enviado, ó algo por el estilo, pero le hice caso. Ese mismo día me presenté en el lugar indicado por el Sr. Gorini, y a los tres días estaba trabajando. Nunca voy a dejar de agradecerle su bonomía, y haber evitado mucho sufrimiento en mi familia.- Gracias, don Aquiles!!! Dios lo bendiga.-