Hace un año, Macri firmó el decreto 721/2016 publicado en el boletín oficial que le devuelve a las Fuerzas Armadas el control total sobre las tres armas y elimina la figura del control civil de los uniformados.

 

Mauricio Macri

Ocultado por la corporación mediática, aquel decreto fue el punto de partida silencioso para llevar adelante el giro de 180 grados en materia de política de derechos humanos. Nada de lo que está pasando por estos días puede ser explicado sin ese acto de gobierno, el más lesivo de las instituciones democráticas desde el retorno de la democracia, hace ya 34 años.

El fallo de la Corte Suprema beneficiando a represores de la última dictadura. El miserable reclamo de la Iglesia para la “reconciliación”. El desesperado pedido de aplicación del 2×1 de numerosos condenados a perpetua por crímenes de lesa humanidad. La política negacionista del gobierno, expresada a través de voceros de cuarta categoría pero del riñon macrista.

Ninguna de estas medidas puede ser mirada de manera individual. Todas forman parte de una política deliberada, siniestra, perversa, que busca provocar un giro de 180 grados en materia de política de derechos humanos.

Pero es más difícil comprender el conjunto si no recordamos otra medida adoptada por Macri hace exactamente un año y que fue deliberadamente ocultada por la corporación mediática que blinda la imagen de este gobierno.

En mayo de 2016, el presidente Macri firmó el decreto 721/2016 publicado en el boletín oficial por el gobierno nacional que deroga el decreto 436/84 firmado por el ex presidente Raúl Alfonsín que determinaba un control civil sobre las Fuerzas Armadas para la democracia.

Macri le devolvió sigilosamente al conjunto de las tres armas su autonomía para la dirección y organización de cada una de ellas y les devuelve el poder para disponer ascensos, traslados y designaciones.

El decreto derogado que había firmado Alfonsín decía que el presidente es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y es el único responsable de las fuerzas. Que cualquier decisión del ejercito debía pasar por la órbita del presidente de la nación y el Ministerio de Defensa de la Nación en cuanto a designaciones, destino de personal, retiros, bajas y el ejercicio de facultades disciplinarias.

De esa forma, el presidente ejerce un control civil sobre las Fuerzas Armadas para evitar que sostengan el poder que les permitió realizar operaciones contra gobiernos democráticos en décadas pasadas. Alfonsín firmó el decreto en enero de 1984, momento de regreso de la democracia luego de la dictadura más sangrienta de nuestra historia.

Aquel decreto firmado por Macri, publicado en el Boletin Oficial (para ver el texto el decreto hacer click aqui) constituye uno de los actos más lesivos contra las instituciones democráticas adoptado por un gobierno civil desde el retorno de la democracia, hace 34 años.

Aquel decreto preconfiguró de alguna manera el escenario en el cual se hacen posibles los episodios que vive la Argentina en los últimos días. La corporación mediática ocultó de modo deliberado aquel acto de gobierno.

Por eso hoy, Portal de Noticias lo trae nuevamente al primer plano para entender que nada es casual, que los hechos vividos en los últimos días no son producto del azar sino que forman parte de un proyecto claramente establecido