Los humedales están habitados por familias y comunidades. Es necesario que se reconozca que existe población que tiene relación histórica ancestral con los humedales, que dependen de ellos, y que también los cuidan y fortalecen.

 

Cooperativa Isla Esperanza

Se expusieron testimonios en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados, a fin de dar Tratamiento a la «Ley de Humedales». 

Compartimos la exposición de nuestros vecinos los isleños «Cooperativa Isla Esperanza.»


A los representantes del pueblo, diputados de la nación que están por la Ley de Humedales 2020

Somos isleños, vivimos en el Delta del Paraná, en las últimas islas frente a Tigre y San Fernando, a poca distancia del Río de la Plata. Estamos organizados en una institución que nació -hace más de diez años- de nuestra resistencia frente a la empresa Colony Park que quiso desalojar violentamente a familias isleñas y destruir el humedal y las islas entre los célebres arroyos Anguilas y Paloma. Esta empresa, logró acceder al título de propiedad de una zona contra toda ley, usos y costumbres, declarada reserva natural en varias oportunidades, pero sobre todo logró tener “papeles” sobre islas aluvionales, humedales deltaicos, porción de una cuenca internacional, que legalmente pertenece al dominio público de la nación argentina, y deberían permanecer como bienes comunes de la naturaleza bajo la posesión comunitaria isleña.

Este sufrimiento y lucha nuestra, por defender el modo de vida isleño, las islas… nos llevó al conocimiento que vivíamos en un ecosistema llamado humedal y que el despojo del que éramos víctimas también era una tragedia para muchas poblaciones de todo el país, desde la Patagonia hasta los salares de la puna, pasando por los montes y esteros santiagueños y chaqueños, etc.

Hoy los representantes del pueblo argentino debaten una ley de humedales… consideramos que tenemos algo para decir, y esperamos que tengan en cuenta nuestra palabra pues si de humedales se trata estamos inmediatamente afectados, pues en ellos vivimos. En pocas palabras nuestra posición es la siguiente:

1    Los humedales de Argentina están en disputa. En la mayor parte de los humedales hay conflictos territoriales. Hay una lucha por apropiárselos. Son diferentes modelos económicos, culturales y políticos. De un lado están los habitantes de los humedales, las poblaciones que de muchas maneras los cuidamos porque se trata de nuestra casa, y también quienes los valoran, aunque no los habiten. Del otro lado están los intereses corporativos, desarrolladores inmobiliarios, grandes sojeros y ganaderos, gran industria petrolera y minera, mega empresas de la pesca o el transporte global, que buscan extraer de los humedales grandes ganancias. Estos poderosos intereses son quienes consumen y agotan los humedales en provecho propio, en su afán de lucro, beneficiando solo a un puñado. Ellos en su mezquindad quieren convencer a la sociedad que defender los humedales es contrario al progreso económico… esto es mentira, una mentira que viene de los grandes señores, amantes del lucro sobre cualquier forma de vida terrenal o sagrada. Su dios es el dinero, por eso mienten. Pero también es una confesión de parte de estos intereses corporativos… este modelo económico para unos pocos que se viene apoderando de los humedales confiesa públicamente que solo puede producir destruyendo. Por esta razón una ley de humedales tiene que prohibir el acceso a los humedales para estos sectores que son fácilmente identificables.

2     Es responsabilidad del Estado la destrucción conjunta de los humedales y de las comunidades que los habitan. Nuestra experiencia nos demostró que las grandes empresas que destruyen los humedales necesitan la convivencia por acción u omisión de las agencias estatales o de funcionarios responsables, que hagan la vista gorda, o no cumplan en tiempo y forma con la normativa ya existente. La destrucción de los humedales no se ha hecho por ausencia del Estado. Esta destrucción social y ambiental viene siendo la política pública más efectiva. En las islas somos testigos del enorme mercado ilegal de extracción de arena, fauna y flora; del poderoso mercado de tierras del espacio público y comunitario; del cierre de escuelas y del abandono asistencial y sanitario. Resumiendo, en las islas (como será también en otros rincones), se ve clarito cómo funciona la complicidad del Estado para vulnerar los derechos de la población local, como si buscaran expulsarnos, como si fuéramos desechables.

3    Los humedales están habitados por familias y comunidades. Es necesario que se reconozca que existe población que tiene relación histórica ancestral con los humedales, que dependen de ellos, y que también los cuidan y fortalecen. Vivimos en el humedal, pero no somos valorados por el Estado que siquiera nos otorga garantías para la posesión comunitaria o familiar de las tierras. Entendemos que quienes cuidan el humedal deben ser cuidados por el Estado y por toda la sociedad.

En nuestras islas del Delta del Paraná, los más antiguos de nosotros, siempre recuerdan que las nuevas islas las hace el isleño. Cuando un islero, un junquero, clava una vara de sauce en el río o en un juncal, cuando cava con su pala una pequeña zanja para salir del barro… ahí ya se va formando una futura isla. Nuestros usos y costumbres de vida y de producción local garantizan la vida de los humedales y la condición de dominio público que muchos de ellos tienen. Con nuestras viviendas, con nuestras producciones de alimentos de pequeña escala, de vegetales, frutales y animales, e incluso con la caza y la pesca que realizamos, con la recolección de materias primas, somos garantes de los humedales, su fauna, su flora, su vida, que es la nuestra.

4    Una ley de humedales debería cambiar la tendencia. Existen leyes y procedimientos que deberían proteger los humedales como parte del derecho ambiental, existen leyes que defienden los usos y costumbres de las poblaciones locales que los habitan… pero no se cumplen. Será que esta ley podrá revertir esta tendencia y despertar la vocación estatal para defender los humedales y su gente??? Si así fuera, entendemos que el primer paso para revertir la destrucción de los humedales es cerrarle el paso a quienes acceden a ellos para consumirlos íntegros: quemarlos, secarlos, rellenarlos, contaminarlos, agotarlos. Y a la vez entendemos que este primer paso debe ser muy claro y explícito con el apoyo a modelos de vida y producción de quienes somos parte de los humedales.

En fin, recordemos que las grandes empresas nos desalojan de los humedales y el Estado nos abandona. Recordemos que el pueblo argentino a través de sus representantes no está debatiendo con esta ley entre ambiente o economía, sino que está debatiendo entre modelos de desarrollo humano diferentes. Por eso está bien debatir científicamente las definiciones de humedales, hagamos inventarios, comisiones académicas serias y rigurosas, pero no olvidemos que el futuro de los humedales depende del modelo territorial que se quiera.

El futuro de los humedales está en una ley que diga quienes podrán acceder y quiénes no. Una ley que diga si el Estado va a reconocer y garantizar derechos o no a quienes realmente cuidan y reproducen los humedales generando producción y trabajo, riquezas sociales, paisajes naturales, presencia territorial. Una ley que diga si va a seguir permitiendo que compren o concesionen humedales quienes los destruyen por rentas y ganancias.

Queremos que se garantice el derecho a la tierra como un bien común para quienes vivimos en los humedales y podemos ser sus guardianes. Una ley de humedales puede ser el puntapié para que finalmente comiencen a caminar juntas la justicia ambiental con la justicia social, como lo que son, principios de la dignidad humana como parte de La Vida.

Islas del Delta Paraná, 26/8/2020.

Cooperativa Isla Esperanza