La Belleza olvidada, nuestra huella de origen que tal vez las mujeres recuerdan. Esa es la verdadera historia y no la lucha sangrienta.

 

Claudia Aboaf

Claudia Aboaf es una mujer que ha transitado interesantes avatares: fundó, dirigió y dio clases durante quince años en la escuela de astrología más prestigiosa de nuestro país: Casa XI. Dedicó  otra parte de su tiempo a la gastronomía y fue gerenta del restaurante del Museo Evita y hoy, su última metamorfosis la encuentra convertida en escritora “publicada” –como le gusta remarcar- con tres libros que la crítica y el público han celebrado.

Claudia es vecina de Tigre.  Se mudó a nuestro paisaje hace unos años. Lo eligió junto con su esposo por la presencia de la naturaleza y sobre todo por el río que se ha ido convirtiendo en protagonista de su escritura.

Tres novelas: Pichonas (notanpuán, 2014), El Rey del Agua (Alfaguara, 2016) y la recientemente editada El ojo y la flor (Alfaguara, 2019) constituyen una trilogía que creció alrededor de la figura de dos hermanas, Juana y Andrea, con el paisaje del río y las islas como un territorio que primero es refugio y luego muta en un horizonte distópico donde se desarrollan las escenas que permiten también una mirada crítica sobre nuestro presente.

Claudia Aboaf

Pichonas se instala en la zona del miedo y lo siniestro, ámbitos donde lo familiar que imaginamos conocido y seguro puede convertirse en la patria de las más oscuras pesadillas. Una quinta en Maschwitz, el tiro al pichón, una mujer que observa y un jardinero enano que viene del pasado empujan a las hermanas al reconocimiento de ese miedo y a la venganza que las unirá después de haber crecido “a contraturno”. Esto en el marco de la historia argentina de los setenta y con una narrativa y un estilo muy propios que rondan siempre la poesía.

La segunda novela, El rey del agua, vuelve a este territorio líquido que Claudia describe tan bien pero ubicándose en un futuro –no tan futuro- en el cual el agua es un valor peligrosamente preciado. Los estados se circunscriben a los municipios y estos son más ricos en la medida en que la poseen y comercian. Nuevamente aparecen las dos hermanas cuyo acercamiento es siempre tenso. En este mundo futuro, un complejo filtrado del agua permite dar con las trazas del padre desaparecido. La espectacularización de la política, el control de las cámaras sobre la vida privada y la internet profunda e ilegal son el telón de fondo para un nuevo encuentro entre Juana y Andrea.

Finalmente, El ojo y la flor que llegó a las librerías por estos días, recurre nuevamente a la distopía con un tema que desveló a Rodolfo Walsh en el intento de una última novela nunca acabada: la bajante. El río ha perdido su caudal y la población exiliada migra por los cauces entre los despojos que quedan a la vista. Andrea será esta vez quien camine por el barro para encontrar a su Juana.

Siempre el estilo de Claudia tiende al desvío, como ha señalado la crítica, creando un contraste entre la realidad de lo denunciado y la irrealidad (o surrealidad del mundo narrativo que la autora propone).

El 26 de junio, a las 19, en Fundación 9,37 Sudestadavamos a conversar sobre su última y extraodinaria novela, «El ojo y la flor».

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