Lo hizo anoche en un evento de la Asamblea de Dios, el mayor culto evangelista de Brasil y máxima base electoral del actual presidente. La semana pasada se cubrió una vacante del máximo tribunal y en julio próximo se producirá otra.

 

Bolsonaro

Corresponsal

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió a la comunidad evangélica que nombrará en 2021 a un pastor evangelista como miembro del Supremo Tribunal Federal (STF) y dijo que sueña con que el futuro magistrado abra con una oración religiosa las sesiones de la máxima instancia judicial del país.

Lo hizo en medio de las críticas por la designación como titular de la Corte del camarista de carrera Kassio Nunes Marques, de Brasilia, un moderado y un garantista frente a la ola punitivista que desde 2014 derramó la Operación Lava Jato en el Poder Judicial de Brasil, con el beneplácito de los principales medios de comunicación.

«Imaginen que la sesión de la corte suprema comience con una oración«, dijo Bolsonaro anoche en San Pablo, donde participó de un evento con la Asamblea de Dios, mayor culto evangelista de Brasil.

«Eso no es mérito mío; es mérito de Dios. El futuro juez de la segunda vacante que se me abre no será apenas terriblemente evangelista, sino que será un pastor», agregó.

Bolsonaristas de la primera hora fustigaron al presidente por haber designado a Marques en una suerte de acuerdo con el actual STF y los presidentes del Congreso, Rodrigo Maia y Davi Alcoumbre.

Marques, camarista del tribunal de apelaciones de Brasilia, pasó el sábado en la casa de Antonio Dias Toffoli, juez de la Corte, que organizó una reunión a la que acudió el presidente para sacramentar una suerte de nuevo pacto de gobernabilidad luego de que el mandatario participara hasta julio de actos para cerrar el Congreso y el STF.

El Senado tratará el pliego de Marques a partir del 21 de octubre, luego de la jubilación del decano de la corte, Celso de Mello, una designación clave para casos de sospechas de corrupción que involucran al senador Flávio Bolsonaro, hijo del presidente, y sobre la posible anulación de condenas contra el ex presidente Luiz Inácio Lula a Silva.

Como contrapartida para no perder a sus seguidores más fieles como consecuencia de su viraje hacia la composición política con la centroderecha del Congreso, Bolsonaro prometió que el próximo juez supremo puede ser un evangelista cuando en julio se jubile Marco Aurelio Mello.

Todas las fichas para ese reemplazo están puestas en el ministro de Justicia, André Mendonça, un pastor y académico del derecho que reemplazó en mayo a Sérgio Moro, el exjuez de Lava Jato que fue uno de los pilares del ala de extrema derecha del bolsonarismo.

El mensaje de Bolsonaro tranquilizó al ‘establishment’ evangelista, la mayor base política del presidente.

El apoyo es clave de cara a las elecciones municipales del 15 de noviembre próximo: Bolsonaro apoya el pastor e intendente de Río, Marcelo Crivella, para su reelección, y al diputado y ex presentador de televisión Celso Russomano, del bloque evangelista que marcha primero en las encuestas.

Ambos son del partido Republicanos, al que pertenece Flávio Bolsonaro, senador investigado en Río por peculado y lavado de dinero por supuestamente desviar partidas de sueldos para empleados estatales.

El ex policía Fabricio Queiroz, amigo del presidente y ex empleado legislativo de Flavio Bolsonaro, está detenido acusado de ser el cajero de la red de dinero publico desviado que involucra a los Bolsonaro.

Desde la prisión de Queiroz, Bolsonaro abandonó las marchas a favor de un golpe de Estado contra el Congreso y el STF y se unió al llamado «Centrao», el bloque del bajo perfil del Congreso que desde el regreso de la democracia adhiere a los oficialismos a cambio de cargos en el Gobierno central.

Ese mismo «Centrao» es el que le llevó el nombre del camarista Marques, acompañado de un apoyo para que apoye la reelección de Maia y Alcolumbre.