La propuesta que plantea tres años de gracia y una quita del interés del 62% le permite al país «durante los próximos tres años dedicar todo su impulso al crecimiento», resaltó el mandatario.

 

Informe sobre la deuda

El presidente Alberto Fernández destacó hoy que la propuesta presentada ayer sobre la reestructuración de la deuda externa «es muy realista» y le permite al país «durante los próximos tres años dedicar todo su impulso al crecimiento» y «a partir del cuarto año empezar a cumplir las obligaciones» de pago.

«Lo de ayer fue muy importante para empezar a resolver el problema heredado de la deuda, que tiene características muy singulares. Se tomó en poco tiempo mucho dinero y se obligó a pagar en muy corto plazo.

La realidad es que tenemos que hacer un esfuerzo enorme en el medio de un contexto económico espantoso que se genera por el coronavirus», señaló Fernández en declaraciones a Radio 10.

El jefe de Estado aseguró que su gestión asumió con el objetivo de «hacer frente al tema de la deuda con responsabilidad», tal como el Frente de Todos «lo planteó en la campaña electoral».

«Desde le primer día dijimos que la deuda era imposible de pagar porque se habían tomado compromisos imposibles de cumplir. Le dije a Martín (Guzmán, ministro de Economía) dónde estaba el punto de equilibrio que nos permitiera crecer sin castigar a nuestra gente y cumplir obligaciones y en base a eso presentamos esta propuesta», indicó el Presidente.

De esta forma, el mandatario respaldó la propuesta de reestructurar la deuda con una quita de 62 por ciento sobre los intereses, un 5,4 por ciento sobre el capital y una prórroga en los plazos por tres años.

«Lo que queremos es un plazo para generar un impulso al crecimiento, crecer, desarrollarnos, invertir y luego empezar a cumplir obligaciones con los bonistas pidiéndoles el esfuerzo de entender que está cobrando intereses que el mundo no paga hoy», subrayó.

En ese sentido, Fernández consideró que el FMI tiene bajo la gestión de Kristalina Georgieva «una lógica distinta» a la que se aplicó durante la etapa de Christine Lagarde, algo que él «celebra».

«Me llamó el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, y me planteaba su preocupación porque nadie se preocupa por las deudas de América Latina. Me pidió que Argentina, por el peso específico que tiene en la región, lo plantee ante los organismos internacionales. El mundo cambió y debe haber otra lógica que es muy distinta a las que hubo en los consensos de hace 30 años», indicó en relación a un tuit que compartió sobre un posteo del mandatario centroamericano.