Un grupo de vecinos, recorren las Escuelas del Delta, regalando sonrisas.

 

En horas de la noche, todo está listo. La camioneta cargada y el recorrido sobre el río trazado minuciosamente. Amanece, y la lancha resulta escasa. Repleta de juguetes, huevos de pascua, o lo que merezca cada fecha conmemorativa.

Un grupo de vecinos, encabezado por Maximiliano Giuliodori, surcan los ríos recorriendo las Escuelas de Islas.

De esta forma, a fin de año, Papá Noel se hace presente en lacha, transformando «pequeños ojitos» en “grandes soles” y dibujando las sonrisas de los más pequeños. Esos isleñitos que cada día especial esperan a su “ángel en bote”.

En Pascuas, son los huevitos los que llegan a manos de los más chiquitos endulzando el día y dejando huellas de chocolate.

Esta vez, se trata de los juguetes para el día del niño…

Hoy, en horas de la mañana, las Escuelas N° 13 del Río Carapachay, la Escuela N°8 del A° Espera y la Escuela N° 9 de A° Toro, de las Islas del Delta, recibieron con gran alegría la esperada visita.

Maxi, le relata a Pluma de Río, algunas de las sensaciones y satisfacciones que recibe a cambio: ”… la alegría cuando los chiquitos del Jardín de la 13 me reconocieron del otro día del niño y salieron corriendo con los brazos abiertos y no me soltaban …” “…los chicos de la 8 y el aplauso enorme a igual que sus sonrisas cuando vieron sus regalos …“

También se dan un tiempo para charlar con las Maestras y las Directoras, quienes lo reciben afectuosamente y les piden que vuelvan.

Maxi se ocupa de hacer la recolección de la mercadería varios días antes. Organiza donaciones y hace compras comunitarias.

Existen en nuestra comunidad, rituales, costumbres e iniciativas de todo tipo; pero ésta, que se mantiene a través de los años, ha “creado lazos”. En éstos tiempos, el valor de generar vínculos es la forma de retroalimentación más sana y efectiva que puede adoptar una comunidad. Sobre todo con los más chicos, quienes todo lo esperan, y todo lo dan…

De esta forma, en cada fecha, lo que se intercambia entre ellos, es “el amor”, como un bien único e indispensable.

Es necesario que todos se sumen; que se difunda; se replique y se grave a fuego ésta maravillosa “Costumbre Isleña.”

Gracias a Maxi, y a los vecinos Gustavo Sbordi, Lorena Boldt y Fernando Figueroa, quienes una vez más, han hecho felices a nuestros niños isleños.

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