A ocho años de que se encontrara el cráneo de un perezoso gigante en la ciudad del norte bonaerense, un profesional de la Universidad Nacional de Rosario demostró que se trata de algo excepcional.

 

En 2009, un maquinista de la empresa Tosquera San Pedro, efectuaba trabajos de remoción en una cantera cuando observó un hueso blanquecino que sobresalía de la fosa ubicada a 18 metros bajo el nivel del suelo.

Sin saberlo, el sampedrino había descubierto un cráneo fosilizado de una especie desconocida de perezoso prehistórico, que mide unos 65 centímetros de longitud, aunque todavía no se podía dimensionar la singularidad de este hallazgo científico.

En ese momento, el equipo del Museo Paleontológico Fray Manuel de Torres, de la localidad bonaerense de San Pedro, se hizo cargo de su investigación. Por 8 años, el cráneo permaneció en el museo esperando una revisión en profundidad.

Esto llegó de la mano de Luciano Brambilla, del Laboratorio de Paleontología Molecular de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quien al observar con detenimiento el fósil comprendió que estaba frente a algo excepcional, según publicó Visión Regional.

En un principio se especuló que la caja craneana podía corresponder a un ejemplar de Mylodon o de Glossotherium, dos géneros conocidos de perezosos extintos que habitaron la Región Pampeana. Pero en los cotejos se verificaron significativas diferencias, por lo cual se determinó que se trataba de un ejemplar único proveniente de sedimentos depositados hace unos 800 mil años.

Teorías sostienen que durante esta etapa, denominada Ensenadense, ciertos mamíferos desarrollaron un marcado gigantismo debido a condiciones climáticas y de alimentación favorables. El tamaño del perezoso descubierto en San Pedro parece apoyar esto último, ya que sus dimensiones superarían las registradas para los dos géneros más cercanos con los cuales ha sido comparado. El fósil hallado en territorio sampedrino excedía en más de 14 centímetros el promedio sobre 17 cráneos de Glosoterios y en unos 7 centímetros la media sobre 11 cráneos de Milodontes. Lo que posiciona la talla del nuevo animal lejos del rango normal de los dos géneros investigados.

En tanto, por la forma de su paladar y la distribución de sus piezas dentales se pudo inferir que su dieta era herbívora, pero bastante variada e inespecífica. Mientras que en la alineación de los dientes en su paladar se observa que mantiene el paralelismo característico de los Milodontes, pero con la presencia de un caniniforme como el que poseían los Glosoterios.