Un juez del Tribunal Oral Federal 2 de Rosario le concedió ese beneficio al exsubcomisario, condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad, por problemas de salud. Repudio de Abuelas.

 

Patti

El exintendente de Escobar y exsubcomisario bonaerense Luis Abelardo Patti, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, fue beneficiado con la prisión domiciliaria y generó el inmediato repudio de Abuelas de Plaza de Mayo.

El juez del Tribunal Oral Federal de Rosario 2, Omar Paulucci, concedió el beneficio para el represor de 66 años a raíz de sus problemas de salud y -según trascendió- continuará cumpliendo su condena dentro de una casa ubicada en el barrio privado «Septiembre Country Club» de la localidad de Escobar, pese a que la resolución será apelada por el fiscal Adolfo Villat «Entendemos que el cuadro de salud que presenta Patti puede tratarse adecuadamente en el Hospital Penitenciario de Ezeiza y a través de la Dirección de Sanidad del Servicio Penitenciario Federal, como lo venía haciendo», indicaron las Abuelas en un comunicado.

Y advirtieron que, «llamativamente, el juez Paulucci fundamentó su decisión en los trastornos que provocaría a Patti su traslado para ser atendido en establecimientos médicos fuera de la cárcel, traslados que deberá continuar realizando desde su nuevo domicilio de privilegio».

La organización de derechos humanos que preside Estela Carlotto indicó además que «resulta preocupante que no se tuviera en cuenta la circunstancia, debidamente acreditada, de que en el desarrollo de los juicios en su contra Patti fingiera afecciones de salud para evitar ser juzgado».

Y agregó que si bien en la decisión judicial se dispuso incorporar a Patti al programa de «vigilancia electrónica», no se ha ponderado el hecho de que el domicilio se encuentre en un barrio cerrado, lo que -advirtieron- «dificulta la realización de mayores medidas de control así como una respuesta rápida ante el quebrantamiento de los límites de la prisión domiciliaria».

Por eso, además de rechazar el privilegio concedido a Patti, las Abuelas exigieron «la protección de los testigos que han contribuido a que los responsables de delitos de lesa humanidad sean condenados» y reclamaron «que se adopten medidas para garantizar que las prisiones domiciliarias no se transformen en una libertad encubierta».

El exsubcomisario de policía, condenado a prisión perpetua por el secuestro, torturas y asesinato de militantes peronistas durante la última dictadura, viene reclamando a la Justicia el beneficio de la prisión domiciliaria por problemas de salud, tras haber sufrido un ACV en marzo de 2010.

En septiembre de 2014 la Corte Suprema de Justicia había confirmado la condena a prisión perpetua para el exintendente por el secuestro y posterior asesinato del exdiputado nacional Diego Muñiz Barreto y del militante Gastón Gonçalvez.

A Patti también se lo condenó por la desaparición de dos integrantes de la JP de Escobar, los hermanos Luis y Guillermo D ´Amico, y por el fusilamiento en 1983 de los militantes de «la Tendencia» peronista Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi.