El motor de la inflación se encuentra primordialmente determinado por decisiones del gobierno nacional, mediante la actualización tarifaria y el incremento en otros precios regulados.

Así lo puntualiza el último reporte del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano. De hecho, si bien el año pasado concluyó con un incremento de 24,8% en el Índice de Precios al Consumidor Nacional (el CENE había pronosticado un 25%), la variación anual de los precios regulados o que tienen alto componente impositivo fue del 38,7%.

“En ‘Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles’, la suba interanual fue de 55,6%, reflejando la entrada en vigencia de los nuevos cuadros tarifarios de gas por red, electricidad y, en menor medida, agua potable. Y en Cuyo, el Noroeste y la región Pampeana llegó a 65,1; 63,7 y 56,4%, respectivamente. También afectado por los ajustes tarifarios, el rubro Comunicaciones tuvo un aumento de 34,1%”, señala al respecto Víctor Beker, director del CENE.

“Con un incremento anual del 20,6%, el rubro Transporte tuvo el año pasado un efecto morigerador de la inflación. Sin embargo, este ítem ya sufrió ajustes significativos y lo seguirá haciendo a lo largo de 2018. Por eso, la rectificación de la metas de inflación fijadas por el Banco Central, de 10 ± 2% a 15% para 2018 aún resulta exigua para ser creíble. Como ya lo dijimos el año pasado, la continuidad del programa de ajustes tarifarios torna casi imposible el cumplimiento de la meta de inflación”, completa el economista.