La cooperativa La Aldea surgió como la unión de pequeños productores de hongos que se asociaron para hacer frente a las grandes champiñoreras que imponen no sólo los precios sino también los mismos productos, especialmente las variedades portobello y champiñón, que ocupan el 80 por ciento del mercado.

 

La Aldea“Éramos productores aislados que nos juntamos para poder fortalecernos en determinados momentos de la cadena de valor: primero fue la cuestión productiva, a través de la inversión conjunta en la compra de sustratos, y seguimos avanzando, hasta sacar una marca asociativa, y ahora estamos creciendo en lo que se refiere al final de la cadena, que es la comercialización”, Ignacio Tirelli, productor asociado a La Aldea.

A través de la marca Tekoa, la empresa social ofrece gírgolas y shiitakes, reconocidas por sus propiedades nutricionales, a la que le suman la reishi, la cual recién están difundiendo como una variedad utilizada para tratamientos médicos, con más de 400 componentes bioactivos y especialmente útil para tratamientos oncológicos.

“Lo que producimos lo hacemos desde un lugar cooperativo. Queremos llevar adelante una mayor reivindicación sobre los productos de la economía social y nos encontramos con que los precios no son acordes a los del mercado. En el fondo, nos enfrentamos al modelo capitalista, donde las grandes champiñoneras te imponen el producto y los precios”, afirmó a Tirelli a este medio.

Argentina incorporó la producción de hongos en 1940 y tan solo cinco años más tarde se había convertido en el mayor productor mundial del champiñón blanco, aunque desde hace unas décadas pasó a ser un actor marginal a nivel mundial:  el consumo interno es tan solo de 30 gramos anuales por persona, mientras que en Asia y Europa oscila en los 3 a 9 kilos per cápita.

Sin embargo, en los últimos años, los hongos pasaron a tener mayor visibilidad en el país, ya sea por su inclusión como producto gourmet o como sustituto de la carne en dietas vegetarianas, lo que ubica en buenas perspectivas a La Aldea, quienes además destacan el bajo uso de agua para su producción en comparación al cultivo de vegetales o engorde del ganado.

“La producción del sustrato se hace en Mercedes y cada productor tiene su cultivo, en diferentes lugares: Exaltación de la Cruz, Marcos Paz, Olivera, Carlos Keen, Mercedes, General Rodriguez. Intentamos canalizar la producción de varios socios en los diferentes canales que desarrollamos. Todo cuesta porque los niveles de producción no es acorde aún a la logística y venta. Por eso nos asociamos, porque la unión hace la fuerza”, concluyó Tirelli .