Con la firma presidencial del decreto 409/2017 publicado en el Boletín Oficial el 9 de junio pasado, Mauricio Macri transfirió al Ministerio de Educación y Deportes, 21 Academias Nacionales de Ciencia que se encontraban bajo la órbita del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT).

 

La medida generó alerta en el sector, y, si bien las lecturas de intencionalidad del gobierno nacional no son del todo homogéneas, desde la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados de la Nación ya salieron fijar su postura con contundencia.

En diálogo con Notas, Daniela Castro, politóloga, diputada nacional por el Frente para la Victoria-PJ y presidenta del cuerpo de 30 legisladores que tratan y articulan proyectos de políticas para el sector, se refirió a éste y otros temas candentes para el área de Ciencia. Además anunció la convocatoria a la próxima reunión de la comisión, el martes 27 de junio, para tratar proyectos de financiamiento para el sector.

– ¿Cuál es su postura sobre del Decreto 409/2017, del presidente Macri, que traslada las Academias de Ciencia al Ministerio de Educación y Deportes?

– Para mí, es el primer paso para disolver el Ministerio de Ciencia y pasar todo a Educación. Ya lo vimos desde el año pasado con el presupuesto. El presupuesto 2017 fue la herramienta con la que se puso freno al Ministerio, pero el de 2018 va a ser el año del recorte. Este que pasó fue uno de ajuste y freno, el que viene es de recorte verdadero, de desmantelamiento. No hay dudas, todas estas acciones van en ese camino. En ese sentido las leyes de financiamiento que tenemos en carpeta toman mucho más sentido. Estas acciones van camino a disolver el MinCyT, aunque los funcionarios del gobierno lo nieguen públicamente.

Es más, hubo un rechazo de plano de una propuesta que tenía que ver con crear un programa de promoción de la Ciencia en el Ministerio de Educación. Si bien son temáticas interrelacionadas (Educación y Ciencia), no es lo mismo investigar que educar. La preparación y la formación de ambos no es la misma. Un investigador, aun haciendo divulgación, no realiza una tarea pedagógica.

– ¿Cómo interpreta la oferta que el Ministerio de Ciencia le hizo a los afectados por el recorte en CONICET?

– No me parece que sea la respuesta, los recomendados de CONICET deben ser incorporados a CONICET. ¿Por qué? porque ellos concursaron para ingresar a la carrera de investigador de CONICET, no de otros organismos. Ha ocurrido además que, informalmente, a ese listado, con un desmanejo absoluto, lo han empezado a enviar a los distintos organismos del sistema científico, como por ejemplo al Instituto Malbrán, como quien dice “a ver estos chicos que están sueltos si les gusta a los institutos y los eligen”, como si fuera una bolsa de trabajo. Esto no es así. Acá hubo una convocatoria, concursada, donde los recomendados cumplieron con todos sus requisitos, para hacer investigación y con un tema. No los podemos mandar a la universidad a dar clases.

Esto, que se lo planteé a Marcos Peña cuando vino al Congreso, no es una solución. Esta respuesta del Ministerio no va detrás de una línea de investigación como país, que es lo que te brinda el CONICET. Este es el problema central. La propuesta del MinCyT a los becarios pierde de vista que el CONICET es un organismo que concentra y centraliza aquello que contribuye a construir líneas estratégicas de investigación como país. Las universidades priorizan sus temas regionales.

– ¿Cuáles son los proyectos de financiamiento que están en carpeta?

– Los proyectos que hay en carpeta son el del diputado (Wado) De Pedro, el de (Luis María) Bardeggia, que hablan de una ley de financiamiento del sector, y el mío, en el que tengo un punto intermedio como carta de cara al presupuesto 2018 que tiene que ver con un piso de garantía para el sostenimiento de la política de Ciencia y Tecnología, con un porcentaje para la jurisdicción MinCyT del presupuesto. Esto como garantía y validación para seguir sosteniendo el Ministerio de Ciencia.

– ¿Como ves la falta de informes oficiales sobre la situación del sector? ¿Cómo trabaja la comisión de Ciencia y Tecnología sin ese recurso?

– Nosotros tomamos los datos numéricos de presupuesto de la oficina de presupuesto, de ahí en más no hay otro tipo de publicación, incluso los indicadores de Ciencia y Tecnología dejaron de publicarse en 2013, y ahí nosotros también tenemos una deuda pendiente de dos años, pero todos los indicadores oficializados por el MinCyT tienen datos hasta 2013.

Con los indicadores que publicaba el Ministerio se podía ver cómo iba evolucionando todo el sector, por ejemplo, en el caso de la renovación de todo el personal de CONICET, analizando uno de los indicadores que se trabaja, que es la edad de los investigadores. Ahí se podía leer, por ejemplo, que pasamos de tener un promedio de edad de los investigadores de 55 a 40 años. Eso fue gracias a todos los becarios que se fueron incorporando a la carrera de investigador científico del CONICET (CIC), que estuvo abierta y en incremento.

El presupuesto no sólo te define en términos nominales y reales los montos de partidas para cada jurisdicción, sino que también establece una tabla de créditos en cuanto al personal de toda la administración nacional. Entonces hubo excepción de congelamiento de vacantes para el sistema científico tecnológico durante nuestro gobierno, y el año pasado lo logramos después de mucho debate, sobre todo en nuestra Cámara, y el Senado votó como nosotros mandamos todo. En función de eso se le pudo poner la excepción al sistema científico tecnológico, sino quedaban congelados los cargos, salvo los créditos que el presupuesto autoriza. Sin indicadores vos no tenés cómo validar si hiciste bien o mal las cosas, por eso la falta de indicadores reales es un signo negativo que va en dirección de pensar un recorte.

Eduardo Porto – @PortoEdu