El cardenal en peligro de extinción robado en Horco Molle podría terminar en una feria

 

“El tráfico de animales es muy frecuente y común en esta zona del norte, ¿quién no vio un loro o una cata en una jaula, en la casa de algún conocido? Tucumán tiene un gran comercio ilegal de aves, que se suelen vender en ferias. Estos animales son sacados de su ambiente natural y esto está prohibido por leyes provinciales y nacionales”, advirtió Diego Ortiz, encargado de rehabilitación de fauna de la reserva de Horco Molle.

ReservaDe ese lugar, el lunes a la mañana robaron un cardenal en peligro de extinción. “No hay novedades de ese caso. Es un animal llamativo por sus colores y su canto. No iba a volver a volar nunca por un problema en un ala, pero estaba dentro de un plan de reproducción para salvar la especie”, lamentó.

Con todo, los cardenales no son los animales más traficados en la región. Según Ortiz, en esa categoría se encuentran las catas verdes, los loros habladores, las reinamoras y, en menor medida, los monos. “A estos últimos los suelen entregar a las reservas porque muerden y son agresivos. Ellos ven a un humano como su par”.

Prueba del tráfico resultan dos casos de 2015: en junio, en Villa Mariano Moreno rescataron a 70 aves, entre las que había incluso tucanes y guacamayos. Un mes después, liberaron en Trancas a 103 aves que fueron atraídas con grabaciones bajadas de internet.

Desde Horco Molle también se explicó que la mayoría de los animales que se venden de forma ilegal forman parte de la fauna autóctona del NOA, y que suelen abastecer el mercado interno. Sin embargo, existe todo un sistema aceitado para sacarlos del país.

“Por detrás hay un movimiento mayor, que mueve más dinero. Una persona del campo caza a un animal y se lo entrega a un acopiador. Este lo envía, junto con otros especímenes, a Buenos Aires. De allí, viajan al exterior y son comprados por coleccionistas. Por supuesto, con cada eslabón se encarece el precio, pero desconozco cuánto se paga. Además, se los traslada en condiciones peligrosas para ellos y muchos mueren”, explicó Ortiz.

Para tener una referencia, el director de la reserva ecológica, Juan Pablo Juliá, dijo que el ave que sustrajeron de Horco Molle tiene un valor que aproximado de entre $ 15.000 y $ 20.000. “O se lo llevaron al azar porque es un pájaro muy bonito y les gustó, o es alguien que conoce de pájaros y sabía que era valioso”, reflexionó.

En otro sentido, el encargado de rehabilitación informó sobre los problemas que puede tener un animal en cautiverio. “En principio, suelen sufrir mucho estrés. Además, las aves se golpean contra la jaula al intentar huir y no reciben la nutrición necesaria. Ante este cuadro, pueden morir. Para tener mascotas, siempre es mejor optar por un perro, un gato o un conejo”.

Por último, Ortiz señaló que reciben muchos animales en la reserva, pero que no todos están en condiciones de recuperar. “Se evalúa su condición. Hay algunos que no pueden volver a su entorno. Por ejemplo, aquellas aves que fueron criadas desde pichones con humanos. Estas no logran advertir los peligros de la vida silvestre, algo que consiguen viendo a sus padres”, cerró.